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miércoles, 2 de agosto de 2023

GANADERÍA VACUNA EN CATALUÑA: ENTRE LA REGULACIÓN Y LA DESREGULACIÓN

Tecnificación y concentración del capital en la ganadería vacuna
Según Camarero, desagrarización es la pérdida de centralidad que la actividad agraria ha tenido como base económica de las sociedades y hace referencia especialmente la disolución del papel director que ha tenido para la organización de la vida rural y en la configuración de las estructuras sociales de dichas áreas (2017, p. 165).

En ese contexto se sitúa el artículo de Marc Barbeta-Viñas y Marina Requena-i-Mora, que analiza la  evolución reciente del sector de la ganadería lechera en Cataluña. Destacan una fuerte reducción en el número de explotaciones familiares (se ha pasado de 4.329 explotaciones en 1992 a 429 en 2020). Ello está relacionado con procesos de concentración del capital y cierre de explotaciones familiares, así como de auge de un modelo ganadero de tipo agroindustrial en el que destaca la maquinización, el aumento de la productividad y la reducción de la mano de obra necesaria.

Los ganaderos perciben, además, un debilitamiento de las relaciones basadas en la solidaridad y la identificación como sector, además de una intensificación del trabajo y una caída de los márgenes.

Pero estas tendencias responden también a procesos de regulación y, al mismo tiempo, también de desregulación. Los primeros tienen que ver con las cuotas lecheras de la Política Agraria Común de la Unión Europea o los planes de diversificación económica del medio rural; pero los segundos se centran en procesos de liberalización que, al igual que en otros sectores, se han dado en la ganadería.


BIBLIOGRAFÍA

Barbeta-Viñas, M. y Requena-i-Mora, M. (2023) Revista de Metodología de Ciencias Sociales. Nº 57 enero-abril, 2023, pp. 97-122.

Camarero, L. (2017): Trabajadores del campo y familias de la tierra. Instantáneas de la desagrarización. Journal of Depopulation and Rural Development Studies, 23, 163–195.

martes, 13 de julio de 2021

LOS RECURSOS DE USO EN COMUN: GOBERNANZA POLICÉNTRICA

Elinor Ostrom fue la primera mujer en recibir el premio nobel de economía en 2009. Distante del dilema Mercado-Estado, Ostrom se centra en el análisis de los bienes comunes, para desde el marco de Análisis Institucional y Desarrollo (AID) ir en contravía de la teoría de juegos que argumenta que los individuos anónimos aislados sobreexplotan los recursos de uso en común. Apoyada en numerosos estudios de caso, realizados en diversas partes del mundo, cuestiona este supuesto y el de que los gobiernos resultan mejores custodios que los usuarios para administrar y proteger recursos importantes.

Construye un modelo complejo de comportamiento humano, para lo cual va más allá de la dicotomía establecida entre los bienes privados, vinculados a la propiedad o la capacidad para pagar por su uso; y los bienes públicos, los cuales no son excluibles -es imposible evitar que quienes no han pagado consuman el bien- y no ri­vales -todo aquello que el individuo “A” consume no limita el consumo de otros-. Esta división expresa la dicotomía entre mercado y estado, en donde la posibilidad de la gestión por parte de los usuarios de los recursos de uso en común no se plantea. Por ello, añade un nuevo tipo de bienes -los recursos de uso común- que comparten con los bienes privados los atributos de alta sus­tractabilidad y con los bienes públicos la dificultad de exclusión (Ostrom y Ostrom, 1977). Los bosques, los sistemas hidrológicos, las pesquerías y la atmósfera global son todos recursos de uso común de inmensa impor­tancia para la supervivencia del hombre y la conservación del planeta. Lo que Elionor Ostrom y su equipo proponen es que dichos bienes pueden ser gestionados desde lo local, desde lo comunitario, desde lo asociativo, pero sin desestimar la participación del estado.

En una entrada pasada expusimos cómo los campesinos del Catatumbo colombiano adelantaron en 2013 un paro por 53 días para luchar por la autogestión de su territorio, para ir en contravía de las políticas neoliberales de los diferentes gobiernos, orientadas a abrir todo tipo de fronteras a las multinacionales extractivas distante de una gobernanza orientada a la conservación del medio ambiente. ¿Es posible plantear que las comunidades pueden gestionar bien y responsablemente los recursos? ¿Es posible sostener que la Minga –organización indígena- pueda gestionar eficientemente su territorio? ¿Es posible seguir conservando modelos de gestión comunitaria de los bosques como aún existe en algunos territorios españoles? Eso es lo que plantea Ostrom y su equipo.

En la década del sesenta Ostrom, Tiebout y Warren (1961) introducen el concepto de poli­centricidad con miras a comprender si las actividades de un grupo diverso, integrado por agencias públicas y privadas participantes en la provisión y producción de servicios públicos en áreas metropolitanas, re­sultaban caóticas, como sostenían otros académicos, o podían conformar un arreglo potencialmente productivo.
El término “policéntrico” denota múltiples centros de toma de decisión que actúan independientemente. Qué tan independiente es su comportamiento, o qué tanto constituyen en realidad sistemas de relaciones, es una pregunta empírica con respuestas específicas en cada caso. Mientras estas instancias tomen en cuenta a otras en relaciones competitivas, participen en iniciativas contractuales o cooperativas o bien recurran a mecanismos centralizados para resolver conflictos, las diversas jurisdicciones en un área metropolitana pueden operar de forma coherente con patrones predecibles de conducta interactiva. En tanto esto suceda puede decirse que funcionan como un “sis­tema” (Ostrom, Tiebout y Warren, 1961: 831-832, tomado de Ostrom, 2014: 19).
Desde el marco de IAD, apoyada en la teoría de juegos y de un vasto y minucioso trabajo de meta-análisis, proponen complejizar el modelo sujeto racional, cuyo entender es útil solo para el análisis de situaciones particulares (ver gráfico).



Después de analizar más de 500 casos de comunidades gestoras de agua, se detectó que el cumplimiento de las reglas era la variable clave que determinaba la disposición de agua a lo largo del tiempo. Sin embargo, en ningún caso encontraron que los usuarios utilizaran los tipos de castigo que sostienen muchos supuestos teóricos en torno a la resolución de dilemas repetidos.

El estudio clasificó las reglas en siete tipos:

    1.  Reglas de Límites: especifican cómo se seleccionan los actores para entrar o dejar las posiciones;

    2.  Reglas de Posición: indican el conjunto de posiciones y las formas en que los actores sostienen cada una de ellas;

    3.  Reglas de Elección: señalan qué acciones se asignan a un actor en una posición determinada;

    4.  Reglas de Información: determinan los canales de comunicación entre los actores y si la información debe, puede o no debe compartirse;

    5.  Reglas de Ámbito: determinan los resultados que pueden ser afectados;

    6.  Reglas de Conjunto (como las reglas de mayoría o unanimidad): especifican cómo las decisiones de los actores en un nodo pueden ligarse con los resultados intermedios o finales; y

    7.  Reglas de Compensación: indican cómo deben distribuirse los costos y los beneficios entre los actores qué ocupan diversas posiciones (Crawford y Ostrom, 2005, tomado de Ostrom, 2014: 32).

En la próxima entrada continuaremos con los recursos de propiedad común, adentrándonos en temas como los racimos de propiedad y las conclusiones finales a las que ha llegado esta corriente teórica.


BIBLIOGRAFÍA

Ostrom, Elionor, 2014. Más allá de los mercados y los Estados: gobernanza policéntrica (conferencia). Revista Mexicana de Sociología 76, núm. especial (septiembre, 2014): 15-70.

lunes, 12 de abril de 2021

EFECTOS DE LA FINANCIARIZACIÓN

Retomando el estudio de Massó, Davis y Abalde
(2020), nos detendremos en los efectos de la financiarización en los sistemas de protección social, en las finanzas públicas y en las subjetividades.

La financiarización en el ámbito de la política pública ha tenido su expresión en los sistemas de protección social (por ejemplo salud, educación o pensiones) y en las organizaciones que sustentan estos servicios, tales como universidades y hospitales. Servicios que antes estaban desvinculados de la provisión de los mercados, son traducidos a la lógica de los activos de inversión y rentabilidad.

En términos de los autores, la desregulación entendida como “re-regulación intencionada” supuso políticas de privatización, externalización de actividades, beneficios fiscales para titulares de pensiones privadas y esquemas de préstamos para estudiantes, entre otras. Todo ello soportado sobre discursos sobre la gobernanza como es la teoría de la Nueva Gestión Pública (Spicer, 2007), que posiciona el ámbito de lo privado como el espacio de eficiencia y rendimiento. En este sentido, la financiarización ha supuesto un conjunto de valores hegemónicos avalados no sólo desde el campo económico o mediático sino académico.

Igualmente, la financiarización ha contribuido a redefinir las finanzas públicas. La creciente acumulación de deuda pública, traducida en el “estado de la deuda”, expresa el aumento progresivo de ésta desde la década de 1980 en las democracias capitalistas ricas. El desarrollo de los mercados de deuda pública y de los instrumentos de deuda buscando liquidez ha sido la estrategia de los estados para financiar el déficit público, apoyados en políticas de desregulación e innovación financiera. La crisis de la deuda pública de países como Portugal, Italia, Grecia y España, es atribuible principalmente a la estructura institucional y tecnológica de estos mercados, lo que permitió a los inversores especular con diferentes tipos de riesgos soberanos (Massó, 2020: 7).

Por último, resultado de la creciente expansión de las finanzas de mercados y de mayor presencia de intermediarios financieros -entidades no bancarias-, la financiarización se presenta como una oportunidad de negocio para los individuos, que abarca aspectos de bienes y servicios cotidianos, consumo, vivienda, pensiones y seguros.

Mediáticamente se anima a los sujetos a internalizar un discurso que posiciona la financiarización como una oportunidad para el consumo y acceso al estatus de inversor y propietario de activos. Las pensiones se convierten en una inversión y la compra directa suele ser penalizada si no no va atada a un crédito con una financiera, a un seguro y a una serie de servicios postventa, como es el caso de la compra de un vehículo o una vivienda.

El riesgo es presentado como una oportunidad para acceder a los mercados financieros, es el medio para hacer frente a futuros de vulnerabilidad ante una posible enfermedad, desempleo duradero o falta de fondos para la jubilación. Promovido también por las políticas sociales y públicas que transfieren la responsabilidad de la provisión de la protección social del Estado a los individuos, en lo que Martín (2002) denomina “financiarización de la vida cotidiana”.


BIBLIOGRAFÍA

Martin, R. (2002) Financialization of daily life. Philadelphia: Temple University Press.

Massó, M., M. Davis and N. Abalde. (2020) “The problematic conceptualization of financialisation: differentiating causes, consequences and socio economic actors’ financialised behaviour”. Revista Internacional de Sociología 78(4):e169. https://doi.org/10.3989/ris.2020.78.4.m20.001

Spicer, M. (2007) “Politics and the Limits of a Science of Governance: some reflections on the thought of Bernard Crick”. Public Administration Review. 67(4):768-779.

lunes, 5 de abril de 2021

¿QUÉ ES FINANCIARIZACIÓN?

El humo de la financiarización
La crisis económica 2007/08 evidenció el poder creciente de los actores financieros, los mercados y los valores en los campos político, económico y social, en un proceso que se había denominado financiarización. Massó, Davis y Abalde (2020) realizan un estudio minucioso sobre el estado del arte de este fenómeno y señalan que esta tendencia expresa un cambio estructural e in-completo de las economías contemporáneas. No es una fase de transición sino un modelo de hegemonía de “hombres adinerados”, que ejercen autoridad cultural, económica y política sobre los miembros de la sociedad a través de la praxis del dominio lingüístico. Un modelo que redefine permanentemente los vínculos, la forma como las instituciones políticas asumen la cosa pública, las empresas la inversión y el riesgo y los sujetos la forma de acceder al consumo y al ahorro.

Según los autores, la financiarización ha sido posible por múltiples causas tales como:

  • Desde el campo político a la aplicación del poder regulador para la creación de mercados más libres y competitivos. Massó et al argumentan que es más exacto entender desregulación como re-regulación intencionada. Lo cual posibilitó nuevas reglas del juego y la aparición de nuevos actores (intermediarios financieros, inversores institucionales, etc.).
  • Desde campo tecnológico, el proceso de innovación financiera, entendido como la creación de nuevos productos financieros y mecanismos de intercambio, producto de la combinación de desregulación y emprendimiento de actividades en espacios financieros alternativos (Langley, 2016). Todo ello posibilitado por la aplicación de matemáticas avanzadas, análisis de datos y técnicas probabilísticas.
  • El surgimiento de nuevos modelos de propiedad y gobierno corporativo (separación de la propiedad del control de las empresas).
  • El eufemismo de la liquidez. Ésta entendida como el proceso en que se crea el valor monetario de un activo financiero, basado en el supuesto de que los activos financieros son perfectamente líquidos e intercambiables, aspecto que no es el caso, pues el dinero pierde su forma líquida en el momento en que se invierte. La ilusión de la liquidez deja atrás la inversión en equipos o maquinaria para procesos productivos, por ejemplo. Este “capital impaciente” ha favorecido la inversión a corto plazo sobre objetivos de desempeño de la empresa a largo plazo.
La financiarización es un "proyecto hegemónico inconcluso", todavía en proceso de transformar las economías centrales y las interdependencias que las sostienen. Acrecienta la inestabilidad económica y las fluctuaciones de los resultados económicos, pero no revierte los efectos perversos que ha producido como protagonista de la crisis económica. Además, ha contribuido a transformar los lineamientos de la política pública, el trabajo, las relaciones laborales y la vida diaria, la cual ha sufrido un proceso de mercantilización.


BIBLIOGRAFÍA

Massó, M., M. Davis and N. Abalde. 2020. “The problematic conceptualization of financialisation: differentiating causes, consequences and socio economic actors’ financialised behaviour”. Revista Internacional de Sociología 78(4):e169. https://doi.org/10.3989/ris.2020.78.4.m20.001

domingo, 26 de agosto de 2018

IMPUESTO MUNDIAL SOBRE EL CAPITAL

Foto del economista francésCon su libro El Capitalismo del Siglo XXI, Thomas Piketty es hoy por hoy considerado como uno de los mejores economistas del presente siglo.

Piketty (2014) sugiere reflexionar sobre un impuesto mundial sobre el capital como mecanismo de regulación del capitalismo patrimonial globalizado del siglo XXI. Lo plantea como una “utopía útil”, sin desestimar el papel que debe seguir cumpliendo el Estado social y el impuesto progresivo sobre el ingreso.

Propone un impuesto mundial y progresivo sobre el capital, cuya importancia sería preservar la apertura económica y la globalización, sobre la base de repartir los beneficios de forma justa dentro y entre países. Se trata de un impuesto progresivo y anual sobre el patrimonio global, el cual busca gravar más las riquezas mayores a la vez de considerar el conjunto de activos, bien sea de carácter inmobiliario, financiero o empresarial.

Para ello se requiere dar inicio a los proyectos de transmisión automática de información bancaria, para garantizar la transparencia financiera y con ello contar con información para determinar el impuesto al capital; proceso que, por cierto, marcha muy lento sin mayores sanciones al capital global, dada la opacidad sobre la distribución de la riqueza y las fortunas mundiales. Ello obligaría a precisar y ampliar los contenidos de los acuerdos internacionales sobre esta materia.

Destaca también que la función fundamental de este impuesto no es financiar el Estado social, sino regular el capitalismo. Esto supondría colocar límites a la desigualdad creciente a nivel global derivada de la riqueza a la vez que posibilitar una regulación eficaz de las crisis financieras y bancarias.

Invitamos a la reflexión: ¿es un planteamiento útil el impuesto mundial sobre el capital?


BIBLIOGRAFÍA

Piketty, Thomas, 2014, El capitalismo en el siglo XXI. España, Fondo de Cultura Económica.

lunes, 30 de octubre de 2017

LA ECONOMÍA VS LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD, SEGÚN MÉDA

Imagen de la autoraContinuando con la crítica que realiza Polanyi a la economía, Méda, en su libro, El trabajo: un valor en peligro de extinción (2009), señala la necesidad de replantear el papel de la economía, campo que actualmente define los fines de la política y de la sociedad: producir y consumir, como imperativos categóricos incuestionables.

Méda sostiene que el papel de la política es establecer los fines de la vida en sociedad, a través de la palabra. Por ello es indispensable plantearnos en el ágora en qué sociedad queremos vivir, para lo cual es fundamental hablar, discutir y participar.

El papel de la economía debe ser el ámbito de los medios, no de los fines, es decir, resolver el problema del sustento, de las necesidades materiales. Mientras, en el campo de la política y de la sociedad se deben definir los fines, campos que están secuestrados actualmente por la economía.

El campo de la política está referido a la esfera pública, que es el ámbito de los fines. Rememorando la polis griega, Méda señala que ser político -vivir en la polis- significaba que todo se decía por medio de palabras y de la persuasión, no mediante la fuerza ni la violencia. Era una búsqueda compartida de la buena vida en sociedad o de la buena sociedad.

En cuanto a la sociedad, distante de la consideración del siglo XVIII de un agregado de individuos -proclamada por la economía-; Méda la plantea como un contrato voluntario entre todos los individuos, orientado a construir un vínculo social, pero este vínculo no lo puede generar el intercambio. La fraternidad y la solidaridad, a pesar de no tener una formalización racional clara en el siglo XX, deben ser principios configuradores del vínculo social.

Expresión del ámbito social son los movimientos sociales, las asociaciones. Un campo propiamente político, expresión de formas diversificadas de ciudadanía, pero no sometido a lo político. Es un espacio que habría que recuperar y/o construir de manera urgente. Proyecto que se hace cuesta arriba en una sociedad de consumo, pero indispensable hoy más que nunca.

Reconocer al individuo y preservar el vínculo social. El desafió de la modernidad consiste en reconocer al individuo e integrarlo al mismo tiempo en una comunidad de derechos y obligaciones que suponga algo más que el intercambio comercial, mercantil. En efecto, no se trata de imponer unas convicciones, creencias o estilos de vida, ni tampoco es necesario tener las mismas convicciones y creencias, para decidir entre todas y todos qué entenderemos por riqueza, cómo se distribuirá, cómo podemos organizar, por ejemplo, un sistema sanitario, educativo, fiscal, etc. La diversidad de convicciones personales no es en modo alguno un obstáculo para establecer conjuntamente los fines sociales.

En este momento, la sociedad debe actuar para rescatar la política del campo económico. No cabe duda de que el establecimiento de un fin social puede entrañar algún tipo de obligación para los individuos, pero quizás haya llegado el momento de aceptar que la buena vida en sociedad tiene su precio y su importancia para el individuo y que quizás algunos deseos –que no las libertades individuales ni los derechos democráticos- pueden quedar limitados por causa de la vida en sociedad.

Pero una sociedad moderna no puede llegar a ser comunidad sin un estado que le sirva de catalizador y de mediador. Un Estado cuya función primordial sea posibilitar la mediación de la sociedad consigo misma, ayudándola en la formación y expresión de la voluntad general.

Por encima de las funciones reguladoras del crecimiento o correctoras de desigualdad, la función de ese Estado sería organizar el espacio público, esto es, liberarlo y facilitar el acceso de los ciudadanos a ese espacio en el que podrán expresarse, en el que podrán participar de la toma de las decisiones públicas en la elección de la buena sociedad, en el ejercicio de la función pública.


BIBLIOGRAFÍA

Méda, D. (2009) El trabajo: un valor en peligro de extinción. Gedisa, España.

Prieto C. (1999) Crisis del empleo: ¿crisis del orden social?, en Miguélez y Prieto (1999)

domingo, 22 de octubre de 2017

EL CONCEPTO DE ECONOMÍA SEGÚN POLANYI

Imagen del economista críticoKarl Polanyi, en su libro “La Gran Transformación, crítica del liberalismo económico” (1989), realiza una reflexión profunda sobre dicha tradición y se adentra en el concepto de economía.

Plantea que el contenido común de toda actividad económica es el sustento, es decir, la provisión de bienes materiales para la reproducción de la sociedad. Esta sería la concepción sustantiva, mientras la concepción formal se apoya en la elección de medios escasos para fines alternativos.

En la perspectiva dominante de la economía, la formal, el hombre es considerado como un ser con necesidades ilimitadas, movido por el afán de lucro y con un deseo natural por disponer de lo que es escaso. Según Polanyi, esta percepción del hombre es una invención de la ciencia económica, la cual se postula como la solución para resolver la cuestión del vínculo social.

El punto de partida son los individuos, quienes se ven abocados a establecer vínculos entre ellos movidos por el deseo de abundancia, y cuyas relaciones están reguladas de manera automática por el mercado. En este sentido, la economía de mercado es un sistema político-económico, cuyo rasgo fundamental es el intercambio (trabajo, tierra, dinero), que en tanto mercantil, es autorregulado por el mercado a través de los precios.

La autorregulación requiere requisitos institucionales y de comportamiento. Los institucionales están relacionados con: 1) Derecho a la propiedad privada, el cual se erige como un derecho fundamental que garantiza la venta y uso de mercancías. 2) Contratos libres entre partes que deben respetarse. 3) Atomismo de los sujetos: todos y cada uno de ellos existen y actúan por cuenta propia, en busca de sus intereses particulares y separados de los demás; el vínculo social es un fluir incesante de intercambios.

En este sentido, el reto de la economía es lograr la coexistencia entre los individuos que carecen de interés por lo demás: individuos que no son inicialmente sociables, que sólo se preocupan por su propia conservación (principios: individualistas, hedonistas y utilitaristas).

En cuanto a los requisitos de comportamiento, la relación entre los individuos está basada en la acción racional económica; acción consistente en la elección más adecuada entre medios escasos para alcanzar fines alternativos y jerarquizados, orientados a la obtención del máximo de beneficios. La mediación del dinero hará que la maximización sea dineraria.

Bajo estos requisitos institucionales y de comportamiento, la economía de mercado es una institución social que sólo tiene una orientación: la producción y la distribución, cuyo sentido es la satisfacción de necesidades materiales. En este marco, la política y la sociedad se hallan institucionalmente separadas del mercado. No se requiere la injerencia del Estado ni de la sociedad para establecer vínculos entre los sujetos, por ejemplo, como el de solidaridad. El silencio del mercado, a través de los precios, resuelve las interacciones humanas, reduciendo los riesgos de conflicto. En este marco de comprensión de la economía, el crecimiento y el intercambio mercantil se erigen como fines de la sociedad.

El imperativo de la economía es dar con los medios que garanticen el crecimiento de la producción. Medios eficaces para la consecución de un fin cuya pertinencia nunca será discutida. Es decir, la economía se postula como una ciencia de los medios y no de los fines, aunque sigue considerando que el incremento de la producción es un bien en sí mismo.

La economía nos hace creer que cualquier deseo puede ser satisfecho. Consumir se ha convertido en un acto cívico, y no importa el qué se consume, siempre y cuando lo recojan las estadísticas. La clase política se convierte en una tecnocracia especializada en la elección de medios más propicios a la consecución de objetivos predeterminados. Nunca se plantea los fines de la vida en sociedad como diferentes a los planteados por la economía que estima que la tarea de un país es exclusivamente económica y considera al hombre como un productor-consumidor. Posteriormente, Hannah Arendt va a fundamentar su crítica a la economía moderna en estos principios, como veremos en otra entrada del blog.


BIBLIOGRAFÍA

Polanyi, K. (1989) “La gran transformación. Crítica del liberalismo económico”, Madrid: Ediciones de la Piqueta.

domingo, 17 de abril de 2016

¿QUÉ SON POLÍTICAS ECONÓMICAS EXPANSIVAS?

Keynes y las políticas expansivas
Las políticas económicas expansivas son aquellas que un gobierno aplica con el fin de favorecer el crecimiento de la demanda agregada. Una de estas políticas puede ser el aumento del gasto público, que trata de favorecer el empleo y con ello los ingresos de las familias. Otra, la bajada de los impuestos, que favorecería el aumento de la renta de las familias, si bien tal política fiscal puede estar encaminada a reducir los impuestos de la población en generar o únicamente de las capas sociales más desfavorecidas. Al fin y al cabo, con el aumento del nivel de renta buscan incidir en la demanda a través del consumo. Por último, políticas monetarias expansivas tales como la reducción de los tipos de interés o la compra de bonos por parte del banco central de un país también están encaminadas hacia el mismo fin. El keynesianismo (1978) añadió a estas ideas la necesidad de dotar a las instituciones nacionales e internacionales de poder para poder desarrollar estas propuestas.

Por el contrario, las políticas económicas restrictivas tienen objetivos opuestos: buscan reducir el gasto público, disminuir la renta de las familias y, a su vez, el consumo de las éstas para enfrentar movimientos inflacionistas u otros desequilibrios de tipo financiero. Al principio de la actual crisis financiera internacional, instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial recomendaron este tipo de políticas, si bien gobiernos como el de EE.UU. lograron mejorar la situación aplicando políticas expansivas.


REFERENCIAS

Keynes, J. M. (1978) The General Theory of Employment, Interest and Money. Cambridge: Cambridge University Press.

martes, 6 de enero de 2015

MEDA: TRABAJO, ECONOMÍA Y POLÍTICA

Imagen de la autoraDominique Meda realiza una reflexión muy relevante sobre la economía y el papel del estado. A partir del siglo XVIII, la primera se postuló como la solución para resolver la cuestión del vínculo social. Su reto era alcanzar la cohesión social entre individuos que inicialmente no son sociables y se orientan por su propio interés. El homo economicus encuentra su expresión en el individuo racional que se orienta por su propio interés y procura maximizar su utilidad, en el marco de una combinación autorregulada de intercambios. Desconociendo, como señalan Malinowski, Dalton, Polanyi y otros antropólogos, que el hombre con necesidades ilimitadas, impulsado por el afán de lucro y con un deseo natural por disponer de lo escaso, es una entelequia de la ciencia económica.

No obstante, en el siglo XX estos principios son cuestionados por Keynes, quien eleva la economía al rango de la política. Ahora, el Estado se responsabiliza de la función reguladora, pero el bien social continúa siendo la producción. La economía emerge como ciencia objetiva y formalizada matemáticamente orientada a encontrar los medios eficaces para la consecución de un fin nunca discutido: el crecimiento, la producción.

La autora llama la atención sobre la necesidad de reinventar la política. Las cuestiones más apremiantes por resolver hoy en día son las relativas al vínculo social, que no puede ser generado por el intercambio económico, ni por la producción ni por el trabajo, pues éstos corresponden a momentos. El reto de la modernidad es reconocer al individuo, pero a la vez integrarlo en una comunidad de derechos y obligaciones que va más allá del intercambio comercial.

Por ello, más allá de las funciones reguladoras del crecimiento o correctoras de la desigualdad, la función del Estado sería “organizar el espacio público” para facilitarlo a la ciudadanía, para que ésta se exprese, participe en la toma de decisiones públicas, en la elección de una sociedad deseable, vivible; lo que supone recobrar las concepciones de la política y de la ciudadanía de la Antigüedad. Esto implica una concepción diferente del Estado, incluso, distinto al del Estado de Bienestar. Demandaría replantear el lugar que ocupa: 1) la economía. 2) El Estado y 3) los instrumentos, las instituciones y los dispositivos fiscales y sociales.

Esto supone, por un lado, reconocer que el único fin de la sociedad no es el crecimiento económico, sino que pueden existir fines diversos que demandan consideraciones éticas y políticas; lo que implica subordinar la economía a la política –considerarla como instrumento técnico que nos indica cómo producir ciertas riquezas-. Por otro, inventar maneras para ejercitar la participación, revisando cualquier idea de acción del estado.


REFERENCIAS

Meda, D. (1998) El trabajo, un valor en peligro de extinción. Barcelona: Gedisa.



martes, 28 de octubre de 2014

SOCIOLOGÍA DEL CRÉDITO EN ARGENTINA

Aumento del crédito formal En “Sociología del Crédito y economía de las  clases populares”, Ariel Wilkis
analiza los cambios relacionados con la extensión del mercado de crédito de consumo a familias más humildes de Argentina. El estudio, realizado en la periferia de Buenos Aires entre 2009 y 2011, analiza el creciente peso del crédito y el endeudamiento en estos colectivos.

La afirmación sobre el aumento de los préstamos de consumo se puede demostrar con datos. Los préstamos al consumo en pesos pasaron en Argentina de 4.540 millones de pesos en Enero de 2003 a 106.313 millones de pe­sos en Abril de 2012. Esto supone multiplicar la cifra original por veintitrés.

Un elemento interesante de la reflexión de Wilkis tiene que ver con los cambios en las redes familiares derivadas del crecimiento del negocio del crédito. El autor señala que estas redes no sólo sirven de apoyo para acceder al crédito (avales o transferencia familiar de créditos), sino que la lógica misma de las relaciones familiares cambia con el desarrollo de este crecimiento crediticio.

Además, el crédito se relaciona con el acceso al consumo. No sólo a objetos, sino también a espacios de consumo como centros comerciales o zonas comerciales con mayor imagen elitista, por oposición a los mercadillos de los barrios de la periferia.


REFERENCIAS

Wilkis, A. (2014) Sociología del Crédito y economía de las clases populares. En: Revista Mexicana de Sociología 76, núm. 2 (abril-junio, 2014): 225-252.

viernes, 24 de octubre de 2014

REFLEXIONES SOBRE LA PROPIEDAD COMUNAL EN ESPAÑA

Imagen de una propiedad comunal
Vamos a destacar hoy el trabajo del historiador José Miguel Lana sobre la pervivencia de formas comunales en áreas rurales de España. Desde un punto de vista histórico y realizando análisis de discurso de textos sobre la materia.

Lana retoma la teoría de la politóloga estadounidense Elinor Ostrom, quien acuña el témino common-pool resources (o recursos de uso común). Esta autora, cuyo trabajo supone un acercamiento a la materia desde la acción colectiva, definió tres componentes principales de este concepto: el componente material del recurso en sí, el componente subjetivo de los usuarios del recurso y el componente institucional de la es­tructura de organizaciones y reglas que definen la relación entre el componente material y el componente subjetivo.

En España, aún a día de hoy, los montes públicos y los montes comunales llegan a cubrir en algunas regiones, más de 30% y hasta 40% del territorio. El autor trata de mostrar con datos que no es descabellado pensar que los recursos comunales no sólo no han sido un obstáculo para el crecimiento, sino que pueden ser un factor del mismo.

Analiza el discurso de la crítica liberal a los bienes comunales, que tilda de socialistas las prácticas comunales en favor de la propiedad individual. Refiere la importancia de la desamortización de Madoz (1855) en la nacionalización (para su posterior privatización) de bienes comunales en España. Cabe señalar que no es lo mismo la propiedad comunal que la propiedad nacionalizada, es decir el monte del pueblo no es lo mismo que el del concejo.

El trabajo también propone dejar atrás la dicotomía entre propiedad comunal y derechos comunales, pues las privatizaciones del siglo XIX también supusieron en España eliminar derechos comunales en territorios que mantuvieron y aún mantienen la titularidad concejil.

REFERENCIAS

Lana, J.M. (2014) "Esta especie de socialismo campesino… manso y tranquilo”. Un estado de la cuestión desde la historia rural española. En: Revista Mexicana de Sociología 76, núm. especial (septiembre, 2014), pp. 167-197.


Ostrom, E. (1990). Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action. Nueva York: Cambridge University Press.

martes, 9 de septiembre de 2014

¿QUÉ ES CIENTIFISMO?

Según Giner et al (1998), cientifismo es el término usado para calificar aquellas prácticas (y sus discursos legitimadores), que conceden un papel crucial a la ciencia y la tecnología como factor de resolución de problemas y estructuración de las relaciones sociales.

Jürgen Habermas (1986) plantea que la ciencia y la técnica son una nueva forma de ideología, “una ideología que cubre con un velo los procesos de dominación social”.

Cuando en política se habla de gobernantes tecnócratas, se está aterrizando en la política el esquema del cientifismo, dejando de lado el autoritarismo y, también, la participación ciudadana. Retomando a Habermas, el neoliberalismo puede ser una forma de cientifismo, que plantea la imposibilidad que los grupos sociales más desfavorecidos tienen de influir en la economía para enfrentar los problemas. En este caso la conveniencia de un libre mercado se escuda en un saber técnico indescifrable para los profanos.


REFERENCIAS

Giner, S., Lamo de Espinosa, E. y Torres, C. (1998) Diccionario de Sociología. Madrid: Alianza Editorial.

Habermas, J. (1986) Ciencia y tecnología como ideología. Madrid: Tecnos.

viernes, 29 de agosto de 2014

EFECTO PROCÍCLICO EN LA CRISIS FINANCIERA

Agravamiento de la crisis en Europa
Según un estudio del Center for Economic and Policy Research de Estados Unidos, citado por el profesor Juan Torres, las políticas económicas neoliberales en Europa, impuestas por el Fondo Monetario Internacional, tienen un efecto no deseado. La economía adquiere un comportamiento procíclico, que empeora lo que ya en sí mismo es un ciclo negativo.

Así, los recortes laborales (reducción de salarios, flexibilización del despido, aumento de la edad de jubilación o reducción de la protección por desempleo) unidos a la reducción del gasto social del estado (que resta a los gobiernos capacidad para generar empleo y riqueza), tienen como consecuencia la recesión y el agravamiento de la crisis económica.

El resultado es una mayor crisis de la demanda producida por la caída del consumo y de la inversión privada. Las expectativas de trabajadores y empresarios disminuyen significativamente y la bajada de los tipos de interés no viene seguida de un aumento de la inversión. No hay más que mirar los históricos de las acciones grandes compañías europeas en los mercados financieros: no acaban de subir.

REFERENCIAS

Mark Weisbrot y Helene Jorgensen (2013) Macroeconomic Policy Advice and the Article IV Consultations: A European Union Case Study. Washington, D.C.: Center for Economic an Policy Research.

viernes, 25 de abril de 2014

EL ESPÍRITU DEL 45

Instantánea de la película
Ken Loach es un director de cine inglés con más de veinte películas realizadas. Títulos como “Riff-Raff” (1990), “Ladybird, ladybird” (1994), “La canción de Carla” (1996) o “Felices dieciséis” (2002) nos han acercado a la realidad social del Reino Unido y de otras partes del mundo. El interés por la exclusión y las luchas sociales, así como la puesta en cuestión de determinadas formas de intervención social nos han hecho disfrutar y aprender con sus filmes.

“El Espíritu del 45” (2013), documental que aborda la situación social y política de los años previos y posteriores al final de la II Guerra Mundial en las Islas Británicas, tiene aportaciones considerables.

En primer lugar, supone un ejercicio de reconstrucción de la memoria histórica de la clase trabajadora del Reino Unido. Recuerda la fuerte desigualdad, desregulación laboral, pobreza y exclusión que se vivió en los años 30; el punto de inflexión político que supuso la victoria ante los nazis con el desarrollo de políticas sociales por parte del Partido Laborista: la nacionalización de empresas mineras y manufactureras, sanidad, energía y transporte, el establecimiento de medidas de regulación laboral y de vivienda pública; y la destrucción de buena parte de esas políticas con el advenimiento al poder de Margaret Thatcher en 1979.

En segundo lugar, nos lleva a hacernos una importante pregunta: ¿existen aspectos en común entre aquel Partido Laborista de 1945 y el Partido actual? ¿Qué evolución ha seguido esta formación política para que Tony Blair acabara siendo una punta de lanza del neoliberalismo a nivel internacional?

En tercer lugar, sugiere que la crisis social y económica que vive buena parte de Europa en la actualidad no es algo nuevo. Las ideas en torno al libre mercado, que tan nefastas consecuencias tuvieron y tienen en nuestros tiempos generaron una desregulación, ya se dieron antes y los británicos pudieron dejarlas atrás. Al menos por unos años.

martes, 28 de enero de 2014

UNA MIRADA CRÍTICA AL CONCEPTO DE SUBDESARROLLO

Esquema conceptual subdesarrollo
La trayectoria de Enrique Palazuelos , catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, ha estado ligada a una continua puesta en cuestión de las ideas neoliberales acerca de la economía.

Palazuelos (1986) critica el concepto de subdesarrollo, con una aproximación dialéctico-estructural. Lo plantea como un concepto complejo que, para ser abordado, requiere un método de análisis histórico, estructural y dialéctico.

Para entender el subdesarrollo no hay que analizar sólo las causas internas , sino que hay que mirar las causas exógenas, aquellas que están fuera de la sociedad “subdesarrollada”. Desde ese punto de vista, existen tres niveles de análisis:

El primero es la génesis o el origen, considerando la creciente integración económica mundial. El comercio mundial consolida la desigualdad existente entre el centro capitalista y la periferia.

El segundo es la estructura, en el que se insertan dos conceptos fundamentales: crecimiento descontrolado y dependencia del capital exterior.

El tercero es el de la reproducción del subdesarrollo. Pese a que cada vez más se agudizan las diferencias en los procesos de subdesarrollo, la dependencia reproduce el subdesarrollo de cara al futuro.

El enfoque de Palazuelos nos sirve para entender el crecimiento actual de las economías de la periferia. En un contexto de crisis financiera mundial, las economías de los países que cuentan con recursos naturales están creciendo. ¿Pero qué sucederá tras la previsible recuperación económica de los países del centro capitalista? ¿Qué importancia tendrán las diferentes políticas implementadas en estos años por los países de la región latinoamericana, por ejemplo?


REFERENCIAS

Palazuelos, E. (1986 ) Las economías capitalistas durante el periodo de expansión 1945-1970. Cap. 11. El capitalismo periférico: subdesarrollo y dependencia. pp. 211-236. Madrid: Akal.

martes, 5 de noviembre de 2013

CRISIS ECONÓMICA Y AUMENTO DE LAS DESIGUALDADES

Para muchos de nosotros, la crisis financiera mundial, que desde 2007 viene azotando especialmente las economías de Norteamérica y Europa, ha generado un aumento de las desigualdades. Pero, como señala el economista Vicenç Navarro, lo que pocos han pensado es que las desigualdades han podido también causar la crisis y evitar el final de la misma.

Según un estudio del Centro para la Investigación en Política y Económica de Washington, dirigido por David Rosnick y Dean Baker, se señala que el aumento de las desigualdades se debe sobre todo al enorme crecimiento de las rentas ocurrido para el 1% de la población. Y, sobre todo, que el aumento de la desigualdad hace crecer las rentas de capital sobre las rentas de trabajo, aumentando así la especulación financiera, que fue la causa de la crisis y, ahora, la causa que la está alargando. El aumento del capital especulativo se debe a dos principales razones: el descenso de la rentabilidad de la economía productiva y el aumento del endeudamiento de las familias.

Los resultados del estudio señalado ponen, de esta manera, en cuestión las políticas públicas que tratan de solucionar la crisis. Así, que los gobiernos hayan reducido la protección de los ciudadanos para poder rescatar a los bancos ha generado desigualdad. Pero la desigualdad aumenta la especulación y agranda la crisis.