Según Foucault (2002: 165), el biopoder tiene como objetivo administrar y controlar a las personas. Este biopoder tiene dos componentes: uno dirigido al control de las personas de forma individual, que se llama anatomopolítica; y otro dirigido a las poblaciones en su conjunto, que es la biolítica.
La primera es también llamada el control de los cuerpos. Se trata de un concepto que en la actualidad está teniendo un uso creciente en el estudio de la desigualdad de género. Fernández González plantea que el hecho de que los sexos “biológicos” no sean más que una reificación del sistema de poder sexo/género para autolegitimarse y producir discursos de verdad es una forma de anatomopoder.
BIBLIOGRAFÍA
Fernández González, I. (2016) Anatomopolítica y cuerpos sexuados. Aproximación a la hermenéuica feminista de la segunda mitad del s. XX. Ponencia del XII Congreso de Sociología de la FES Visto en: https://www.fes-sociologia.com/files/congress/12/papers/3913.pdf
Foucault (2002), Historia de la sexualidad 1. La voluntad del saber, México, Siglo XXI.
Hace falta una reflexión sobre el trabajo, los derechos humanos, el planeta. Mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hay una sociología necesaria. Un lugar de encuentro acerca de métodos de investigación, herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinar. Una ventana para reflexionar realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en tratamiento de información.
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martes, 12 de febrero de 2019
domingo, 2 de diciembre de 2018
EL CONCEPTO DE CAPITAL ERÓTICO EN HAKIM
Para reflexionar sobre el capital erótico nos
apoyaremos en el artículo de Moreno y Bruquetas (2016) sobre capital erótico como capital cultural, considerado como el mejor artículo publicado en dicho año por la Revista Internacional de Sociología (CIS).
Catherine Hakim desestima el papel que tienen el capital económico, el cultural y el social para la incorporación del capital erótico; plantea que éste depende en buena medida del azar biológico. Por un lado, sostiene que este último desafía las jerarquías sociales y culturales, en la medida en que le permite a los sujetos acceder al resto de capitales. Por otro lado, plantea que la estigmatización social sobre el beneficio de la belleza corporal, impide que las mujeres tomen conciencia de su potencial en el mercado erótico y usen instrumentalmente su cuerpo para retar las jerarquías sociales, en especial aquellas con escasísimos recursos económicos, sociales y culturales. Por ello propone romper todo tabú y trabajar en la incorporación del capital erótico desde la infancia. Aspecto este último muy polémico, en especial desde el campo feminista.
Desde el paradigma de Hakim, el capital erótico posee seis características:
“El capital erótico no es idéntico a la belleza física (primer elemento), aunque ésta puede ser una parte integrante del mismo. Con ciertos límites, la belleza varía con las culturas y los periodos históricos. Pero la existencia de "feas atractivas" muestra que el esfuerzo permite escapar a la maldición de la naturaleza: de ahí la posibilidad y la legitimidad del trabajo estético (…). Un segundo elemento consiste en el atractivo sexual. Mientras la belleza es fotogénica, el atractivo sexual es cinematográfico y nace del aura generada por el cuerpo en movimiento. El tercer elemento deriva de la capacidad para atraer a los demás por medio del don de gentes. El cuarto elemento procede de la vitalidad y, sobre todo, del tono corporal y la buena forma física. El quinto elemento deriva de la inversión en ropa y abalorios. (…). En cualquier caso, dominar los contextos y las distintas maneras de presentarse ayuda a revalorizar el capital erótico. El sexto componente es la habilidad sexual propiamente dicha” (Moreno y Bruquetas, 2016)
Dada la pluralidad de dimensiones, el capital erótico es un rasgo central de la personalidad del individuo, el cual va más allá de la apariencia.
Desde una perspectiva bourdiana Moreno y Bruquetas centran la crítica al modelo de Hakim en cinco aspectos: 1) Un capital excluyente. 2) Costes afectivos del capital erótico. 3) Un maquiavelismo ineficaz 4) Una plasticidad limitada. 5) Los “circuitos de Zelizer” corporales. Además, plantean que la incorporación, objetivación e institucionalización del capital erótico demanda el soporte de otros capitales (capital económico, capital cultural y capital social).
Os invitamos a reflexionar y explorar estos nuevos campos de conocimiento que no están exentos de disputa social por su conceptualización y asunción social tanto por mujeres como por hombres.
BIBLIOGRAFÍA
Hakim, C. (2012) Capital erótico. El poder de fascinar a los demás. Barcelona: Debate.
Moreno Pestaña, J. L. y C. Bruquetas Callejo. (2016). "Sobre el capital erótico como capital cultural". RIS, 74 (1): e024. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2016.74.1.024

Catherine Hakim desestima el papel que tienen el capital económico, el cultural y el social para la incorporación del capital erótico; plantea que éste depende en buena medida del azar biológico. Por un lado, sostiene que este último desafía las jerarquías sociales y culturales, en la medida en que le permite a los sujetos acceder al resto de capitales. Por otro lado, plantea que la estigmatización social sobre el beneficio de la belleza corporal, impide que las mujeres tomen conciencia de su potencial en el mercado erótico y usen instrumentalmente su cuerpo para retar las jerarquías sociales, en especial aquellas con escasísimos recursos económicos, sociales y culturales. Por ello propone romper todo tabú y trabajar en la incorporación del capital erótico desde la infancia. Aspecto este último muy polémico, en especial desde el campo feminista.
Desde el paradigma de Hakim, el capital erótico posee seis características:
“El capital erótico no es idéntico a la belleza física (primer elemento), aunque ésta puede ser una parte integrante del mismo. Con ciertos límites, la belleza varía con las culturas y los periodos históricos. Pero la existencia de "feas atractivas" muestra que el esfuerzo permite escapar a la maldición de la naturaleza: de ahí la posibilidad y la legitimidad del trabajo estético (…). Un segundo elemento consiste en el atractivo sexual. Mientras la belleza es fotogénica, el atractivo sexual es cinematográfico y nace del aura generada por el cuerpo en movimiento. El tercer elemento deriva de la capacidad para atraer a los demás por medio del don de gentes. El cuarto elemento procede de la vitalidad y, sobre todo, del tono corporal y la buena forma física. El quinto elemento deriva de la inversión en ropa y abalorios. (…). En cualquier caso, dominar los contextos y las distintas maneras de presentarse ayuda a revalorizar el capital erótico. El sexto componente es la habilidad sexual propiamente dicha” (Moreno y Bruquetas, 2016)
Dada la pluralidad de dimensiones, el capital erótico es un rasgo central de la personalidad del individuo, el cual va más allá de la apariencia.
Desde una perspectiva bourdiana Moreno y Bruquetas centran la crítica al modelo de Hakim en cinco aspectos: 1) Un capital excluyente. 2) Costes afectivos del capital erótico. 3) Un maquiavelismo ineficaz 4) Una plasticidad limitada. 5) Los “circuitos de Zelizer” corporales. Además, plantean que la incorporación, objetivación e institucionalización del capital erótico demanda el soporte de otros capitales (capital económico, capital cultural y capital social).
Os invitamos a reflexionar y explorar estos nuevos campos de conocimiento que no están exentos de disputa social por su conceptualización y asunción social tanto por mujeres como por hombres.
BIBLIOGRAFÍA
Hakim, C. (2012) Capital erótico. El poder de fascinar a los demás. Barcelona: Debate.
Moreno Pestaña, J. L. y C. Bruquetas Callejo. (2016). "Sobre el capital erótico como capital cultural". RIS, 74 (1): e024. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2016.74.1.024
domingo, 25 de noviembre de 2018
ESTILOS DE AMOR EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
Rodríguez-Santero, García-Carpintero y Porcel (2017), de la Universidad de Sevilla, abordan el fenómeno del amor como un constructo sociocultural, cuyo significado varía entre los sujetos en función de la etapa vital, las personas con las que se relacionan y la evolución de la relación. Además, sostienen la existencia de una socialización amorosa diferencial por géneros.
Abordan el fenómeno desde una metodología cuantitativa, a través de un muestreo no probabilístico accidental, aplicado a 447 estudiantes de la citada Universidad. Elaboran una Escala denominada ReLAS, basada en la Escala Lover attide Scale, la cual se basó en seis estilos de amor: Eros, Ludus, Storge, Manía, Pragma y Ágape.
“Eros es el amor pasional, el enamoramiento a primera vista que supone una atracción intensa por la pareja, no solo física sino también emocional, son amantes con alta autoestima y confianza en el otro. Ludus o amor placentero, supone una relación sin implicación emocional, sin celos ni expectativas futuras, con una sexualidad permisiva y abierta donde las reglas del juego están claras y pueden existir más socios sexuales. Storge es el amor que nace de la amistad y el afecto, se buscan similitudes y afinidades en las posibles parejas para entablar una relación armónica basada en el cariño. No valoran tanto la apariencia física o la satisfacción sexual, porque lo que se busca en la relación es un compromiso a largo plazo, no un apasionamiento a corto plazo. Manía es el amor obsesivo, adictivo, celoso, posesivo, desconfiado, marcado por grandes conflictos en la pareja a causa de la invasión de los espacios individuales. Pragma se refiere a la búsqueda práctica de intereses en la pareja adecuada, con compatibilidad no solo física sino también, y sobre todo, de intereses. Ágape es el amor altruista, de renuncia personal y entrega desinteresada, donde las necesidades de la pareja están priorizadas sobre las propias” (2017:3).
La primera conclusión general del estudio es que no se observan diferencias significativas por género; similar situación fue hallada por otras investigaciones como la realizada por Hendrick y Hendrick (1986) en la Universidad de Miami, por ejemplo.
El estilo Ágape, cercano al amor romántico, fue la tendencia predominante de la muestra. El amor es concebido como un proceso de sacrificio, de abnegación, de entrega por el otro, cuya aspiración es amarlo “para toda la vida”; a costa, incluso, de la negación de la individualidad, de los proyectos personales. Esta construcción del amor responde a un proceso de socialización mediatizada por los medios de comunicación y la escuela a través de mensajes como “lo daría todo por amor”, “sin ti no soy nada”, “el amor lo puede todo”, entre otros.
Mientras, el estilo de amor con menos aceptación es el Ludus, lo cual coincide también con los hallazgos de Hendrick y Hendrick (1986).
Sin embargo, l@s investigador@s dejan abiertas las conclusiones. Como ellos señalan, no se puede confirmar que las afirmaciones dadas a través del cuestionario correspondan a la realidad, de ahí la necesidad de comprobar dicha veracidad mediante la evaluación de acciones concretas, ir más allá de las percepciones.
Igualmente, llaman la atención de la necesidad de realizar encuestas similares ampliando la muestra por facultades (conglomerados). También, sería importante indagar por el concepto amor en colectivos de jóvenes que no acceden a la universidad y provenientes de otras culturas.
No obstante el interés que despierta cada vez más el amor como objeto de estudio, sigue siendo un campo no suficientemente explorado por las ciencias sociales; habría que ahondar en esta problemática porque inquieta que el amor romántico sea el ideal de amor entre jóvenes universitarios, pues como brevemente deja entrever el estudio este tipo de amor es la trampa de sujeción del patriarcado moderno.
BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez-Santero, J.; M. A. García-Carpintero Muñoz y A. M. Porcel Gálvez. 2017. “Los estilos de amor en estudiantes universitarios. Diferencias en función del sexo-género”. Revista Internacional de Sociología 75 (3): e073. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.171.
Hendrick, C. and Hendrick, S., 1986. “A Theory and Method of Love”. Journal of Personality and Social Psychology 50: 392-402. http://dx.doi.org/10.1037/0022- 3514.50.2.392
Abordan el fenómeno desde una metodología cuantitativa, a través de un muestreo no probabilístico accidental, aplicado a 447 estudiantes de la citada Universidad. Elaboran una Escala denominada ReLAS, basada en la Escala Lover attide Scale, la cual se basó en seis estilos de amor: Eros, Ludus, Storge, Manía, Pragma y Ágape.
“Eros es el amor pasional, el enamoramiento a primera vista que supone una atracción intensa por la pareja, no solo física sino también emocional, son amantes con alta autoestima y confianza en el otro. Ludus o amor placentero, supone una relación sin implicación emocional, sin celos ni expectativas futuras, con una sexualidad permisiva y abierta donde las reglas del juego están claras y pueden existir más socios sexuales. Storge es el amor que nace de la amistad y el afecto, se buscan similitudes y afinidades en las posibles parejas para entablar una relación armónica basada en el cariño. No valoran tanto la apariencia física o la satisfacción sexual, porque lo que se busca en la relación es un compromiso a largo plazo, no un apasionamiento a corto plazo. Manía es el amor obsesivo, adictivo, celoso, posesivo, desconfiado, marcado por grandes conflictos en la pareja a causa de la invasión de los espacios individuales. Pragma se refiere a la búsqueda práctica de intereses en la pareja adecuada, con compatibilidad no solo física sino también, y sobre todo, de intereses. Ágape es el amor altruista, de renuncia personal y entrega desinteresada, donde las necesidades de la pareja están priorizadas sobre las propias” (2017:3).
La primera conclusión general del estudio es que no se observan diferencias significativas por género; similar situación fue hallada por otras investigaciones como la realizada por Hendrick y Hendrick (1986) en la Universidad de Miami, por ejemplo.
El estilo Ágape, cercano al amor romántico, fue la tendencia predominante de la muestra. El amor es concebido como un proceso de sacrificio, de abnegación, de entrega por el otro, cuya aspiración es amarlo “para toda la vida”; a costa, incluso, de la negación de la individualidad, de los proyectos personales. Esta construcción del amor responde a un proceso de socialización mediatizada por los medios de comunicación y la escuela a través de mensajes como “lo daría todo por amor”, “sin ti no soy nada”, “el amor lo puede todo”, entre otros.
Mientras, el estilo de amor con menos aceptación es el Ludus, lo cual coincide también con los hallazgos de Hendrick y Hendrick (1986).
Sin embargo, l@s investigador@s dejan abiertas las conclusiones. Como ellos señalan, no se puede confirmar que las afirmaciones dadas a través del cuestionario correspondan a la realidad, de ahí la necesidad de comprobar dicha veracidad mediante la evaluación de acciones concretas, ir más allá de las percepciones.
Igualmente, llaman la atención de la necesidad de realizar encuestas similares ampliando la muestra por facultades (conglomerados). También, sería importante indagar por el concepto amor en colectivos de jóvenes que no acceden a la universidad y provenientes de otras culturas.
No obstante el interés que despierta cada vez más el amor como objeto de estudio, sigue siendo un campo no suficientemente explorado por las ciencias sociales; habría que ahondar en esta problemática porque inquieta que el amor romántico sea el ideal de amor entre jóvenes universitarios, pues como brevemente deja entrever el estudio este tipo de amor es la trampa de sujeción del patriarcado moderno.
BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez-Santero, J.; M. A. García-Carpintero Muñoz y A. M. Porcel Gálvez. 2017. “Los estilos de amor en estudiantes universitarios. Diferencias en función del sexo-género”. Revista Internacional de Sociología 75 (3): e073. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.171.
Hendrick, C. and Hendrick, S., 1986. “A Theory and Method of Love”. Journal of Personality and Social Psychology 50: 392-402. http://dx.doi.org/10.1037/0022- 3514.50.2.392
lunes, 13 de julio de 2015
SEXCUELA, SEXOLOGÍA CON ENFOQUE SOCIAL
Desde Sociología Necesaria queremos contribuir a difundir no sólo resultados de investigación social, sino también proyectos de acción social inspirados por un paradigma sociológico.
Uno de estos proyectos hechos realidad es Sexcuela, asociación profesional dedicada a la sexología, caracterizada por un enfoque social, frente a los paradigmas de la psicologización y la medicalización. Los derechos sexuales, la salud sexual y reproductiva, la promoción de la terapia individual de pareja, así como contribuir a la coordinación entre profesionales, familias y usuarios son los objetivos de su trabajo.
Un elemento característico del enfoque de Sexcuela es que dirigen su trabajo hacia colectivos diferentes: niños, jóvenes, personas mayores, personas migrantes, personas con discapacidad, etc. Desarrollando también tareas dirigidas hacia situaciones sociales determinadas, tales como parejas embarazadas o personas enfermas de VIH.
Medicalización, miedo, naturalización y consumo son puntos contrapuestos al paradigma de Sexcuela, en el que la erótica y el placer adquieren un verdadero protagonismo.
Aunque la trayectoria de Sexcuela se ha desarrollado en gran medida de la mano instituciones educativas y asociaciones de madres y padres de alumnas/os, cuentan con una amplia experiencia realizando charlas y conferencias dirigidas a colectivos de interés a través de administraciones locales. Adicionalmente, colaboran con medios de comunicación como Canal plus, Diario de Alcalá o Radio RUAH.
Uno de estos proyectos hechos realidad es Sexcuela, asociación profesional dedicada a la sexología, caracterizada por un enfoque social, frente a los paradigmas de la psicologización y la medicalización. Los derechos sexuales, la salud sexual y reproductiva, la promoción de la terapia individual de pareja, así como contribuir a la coordinación entre profesionales, familias y usuarios son los objetivos de su trabajo.
Un elemento característico del enfoque de Sexcuela es que dirigen su trabajo hacia colectivos diferentes: niños, jóvenes, personas mayores, personas migrantes, personas con discapacidad, etc. Desarrollando también tareas dirigidas hacia situaciones sociales determinadas, tales como parejas embarazadas o personas enfermas de VIH.
Medicalización, miedo, naturalización y consumo son puntos contrapuestos al paradigma de Sexcuela, en el que la erótica y el placer adquieren un verdadero protagonismo.
Aunque la trayectoria de Sexcuela se ha desarrollado en gran medida de la mano instituciones educativas y asociaciones de madres y padres de alumnas/os, cuentan con una amplia experiencia realizando charlas y conferencias dirigidas a colectivos de interés a través de administraciones locales. Adicionalmente, colaboran con medios de comunicación como Canal plus, Diario de Alcalá o Radio RUAH.
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