domingo, 30 de octubre de 2016

¿QUÉ ES PODER EN CASTELLS?

Religión y poder en la Edad Media
El poder es, según Manuel Castells, "la capacidad relacional que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezcan la voluntad, los intereses y los valores del actor" (Castells, 2009, p. 33).

La forma de las relaciones de poder es asimétrica porque en ellas siempre hay un mayor grado de influencia de un actor sobre otro.

En cualquier relación de poder hay un mayor o menor grado de cumplimiento y aceptación de los que están sujetos al poder. Este proceso es dinámico, se transforma y evoluciona con el tiempo hasta que quien lo ejerce pierde poder, dando origen al cambio institucional o cambio estructural (Castells, 2009, pp. 34-35).

El poder no es sólo violencia. La construcción de significado en nombre de intereses y valores determinados juega un papel importante, y esto no sólo es así en las sociedades con democracia parlamentaria. Por ejemplo, en la sociedad feudal el cristianismo suministraba el material simbólico para la dominación del señor sobre el siervo.


BIBLIOGRAFÍA

Castells, M. (2009) Comunicación y poder. Madrid: Alianza Editorial.

domingo, 23 de octubre de 2016

PROCESOS CONGNITIVOS DEL ANÁLISIS CUALTIVO, SEGÚN JANICE MORSE

Janice Morse (2003) señala que la negligencia de los investigadores e investigadoras cualitativos para explicitar la disputa congnitiva de la construcción de una teoría  ha llevado a pensar que la investigación cualitativa está plagada de subjetividad, por lo tanto carece de cientificidad, y es una tarea fácil.

Si bien cuando hablamos de investigación cualitativa hacemos alusión a diferentes métodos o técnicas de investigación – entrevistas no estructuradas, grupos de discusión, observación participante, diario de campo, textos-. El proceso congnitivo de análisis de investigación cualitativo es diverso, depende del método que lo sustenta: la fenomenología, la etnografía, la etnociencia y la teoría fundamentada.

La construcción de teoría supone un trabajo sistemático, minucioso, plagado de preguntas, de búsqueda incansable de respuestas, además de sensibilidad y capacidad del investigador/a para sorprenderse. Morse plantea cuatro procesos cognitivos que integran cualquier método cualitativo: comprender, sintentizar, teorizar y recontextualizar, los cuales suelen trascurrir de manera secuencial.

Os invitamos a reflexionar sobre los procesos cognitivos de la investigación cualitativa a partir de los cuatro métodos sugeridos por Morse.

Fuente: Morse, J., 2003:43.



BIBLIOGRAFÍA

Morse, Janice (2003) Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Universidad de Antioquía, Colombia.

domingo, 16 de octubre de 2016

¿CÓMO TRABAJAR CON GRUPOS DE INTERVENCIÓN SOCIOLÓGICA?

Fotografía del creador de los grupos de intervención sociológicaEn la entrada anterior, definíamos los grupos de intervención sociológica. Su creador, Alain Touraine (1978) señala que los grupos de intervención sociológica constituyen un método orientado a: 1) analizar la acción colectiva, partiendo del autoanálisis de los propios actores; b) interpretar las relaciones sociales en las que están inscritos los actores; y 3) reducir la distancia entre el observador y los actores. Sin desestimar otros métodos, recalca la necesidad de “intervenir” de alguna forma, por ejemplo en los movimientos sociales, para conocer la cara oculta de las relaciones sociales, reconstruir el proceso de decisiones y el conflicto entre actores por el control del campo cultural.

Para trabajar con grupos de intervención sociológica el investigador debe proceder a:

1. Construir grupos de diez a quince personas cuya afinidad inicial es una problemática común. Previamente no se conocen, de ahí que la interacción se produzca en los momentos de encuentro, cuando cada uno despliega su subjetividad a través de la palabra, de sus relatos y experiencias personales/colectivas.

2. Formar grupos compuestos por sujetos pertenecientes a las bases, no debe centrarse en los líderes; además, debe buscar la máxima representatividad de participantes.

3. Trabajar con los grupos de manera intensiva durante varios encuentros (ocho, nueve o más). Las discusiones emergen de una problemática específica, formalizada y propuesta por el equipo de investigadoras/es.

4. Formar un equipo de investigadores/as, compuesto por, al menos, tres: Uno cumple el rol de secretario: registra las discusiones. Mientras los otros dos realizan labores de interpretación y análisis: el primero acompaña el grupo para interpretar el análisis de su acción; en tanto el segundo, de manera distante, debe conducir de forma progresiva al grupo hasta la ejecución de su auto-análisis.

5. Propender por la participación de actores que estén en contraposición o conflicto con los colectivos de estudio. En algunas reuniones pueden participar partidarios o adversarios, con miras a develar los conflictos, las formas de interacción y relaciones sociales. En este aspecto se distancia de los grupos de discusión, cuya composición debe ser homogénea.

6. Brindar acceso a los participantes a las transcripciones de las reuniones.

7. Garantizar que la última sesión de la investigación tenga una dinámica más estructurada, para que en este contexto, los sociólogos o investigadores sociales propongan sus hipótesis de análisis e interpretaciones para ser discutidas con el grupo, para verificar su pertinencia, validez y verosimilitud.

Es un método que busca hacer pública la capacidad de reflexividad de los sujetos y colectivos estudiados, su capacidad de auto-análisis; de ahí que las investigadoras/es orienten a los grupos para que reflexionen sobre sus identidades, prácticas, compromisos, estrategias y acciones a seguir; de esta manera cumplen un rol de intermediación.

Sin desestimar el uso de las demás técnicas, Touraine llama la atención sobre los métodos tradicionales, los cuales colocan a los sociólogos o investigadores sociales en una posición de “neutralidad” que impide conocer el funcionamiento de las acciones colectivas. Esto no supone que el investigador se convierta en ideólogo del colectivo de estudio, sino que coloca al servicio del grupo su experticia para que sus integrantes adelanten procesos de autoanálisis que desencadenen un proceso cognitivo, de autocrítica, conversión y acción.

Algunos investigadores/es señalan que este vínculo es necesario, pero se requiere un método más preciso para garantizar su eficacia. Desde una perspectiva más técnica, la crítica a este método se centra en que la composición diversa de los grupos da como resultado reflexiones dispares sobre la vida del movimiento social, por ejemplo.


BIBLIOGRAFÍA

González, Patricia (2009) La intervención sociológica: historia de un método. Revista Ciencia y Universidad. Disponible en: http://myslide.es/documents/la-intervencion-sociologica-met.html

Touraine, Alain (1978) La voixetle. París: Regard.

domingo, 9 de octubre de 2016

¿QUÉ SON GRUPOS DE INTERVENCIÓN SOCIOLÓGICA?

Alain Touraine (1978) es pionero en la reflexión sobre la intervención sociológica, desde una perspectiva tanto teórica como práctica. A su vez, el Centro de Análisis e Intervención Sociológica (CADIS), vinculado a la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS-París) ha impulsado esta perspectiva, pero sin que este método alcanzase mayor visibilidad en el campo de las ciencias sociales.

Si bien, desde sus inicios esta propuesta metodológica estuvo ligada al estudio de los movimientos sociales, para ayudar a los actores a adelantar un proceso de auto-análisis con miras a alcanzar conciencia de su identidad, conocimiento sobre sus adversarios y sus objetivos. Posteriormente, su uso se ha ampliado al estudio de colectivos caracterizados por su situación de exclusión social, pérdida de sentido y desorganización; tales como: jóvenes de los barrios populares, estudiantes, migrantes, etc.

Según González, “la intervención sociológica es el método de la sociología de la acción, o sociología accionalista, que coloca al actor y su acción en el centro del análisis de las sociedades” (2009:155- 156).

Desde una perspectiva accionalista, Touraine plantea que la vida social es el resultado de logros culturales y conflictos sociales. La sociedad es un teatro, un drama compuesto por la acción social y relaciones sociales, no por situaciones o intenciones (Touraine, 1978). En este marco de análisis, los actores no son ciegos, incapaces de comprender su situación, sino sujetos reflexivos. Por ello, el objeto de la intervención sociológica es, por un lado, comprender cómo los actores logran configurarse como individuos o sujetos, cómo logran escapar a las coacciones sociales que definen su situación y, en parte, su identidad. Y, por otro, participar como investigador en ese proceso reflexivo, que a su vez supone un proceso cognitivo, de autocrítica, de conversión y acción de los sujetos de estudio.

Para Dubet “este método consiste en estudiar de manera intensiva a un grupo de actores voluntarios reunidos durante varias sesiones, confrontados a interlocutores pertinentes” (2006: 456). Se busca que los grupos reaccionen frente a las propuestas e interpretaciones realizadas por los sociólogos, y esas reflexiones colectivas son el resultado de la investigación. Según Dubet, la fuerza del método es delinear la subjetividad colectiva y la lógica de acción, pero su debilidad es no considerar el contexto de acción más que a partir de lo dicho por los actores. Por ello, la intervención sociológica da cuenta de la experiencia de los sujetos, sin que se puedan observar las determinaciones materiales y organizaciones de los movimientos sociales, por ejemplo.

En la próxima entrada veremos los aspectos operativos de este método.


BIBLIOGRAFÍA 

Dubet, Francois (2006) El declive de la institución. Gedisa, Barcelona.

González, Patricia (2009) La intervención sociológica: historia de un método. Revista Ciencia y Universidad. Disponible en: http://myslide.es/documents/la-intervencion-sociologica-met.html


Touraine, Alain (1978) La voixetle. París: Regard.

domingo, 2 de octubre de 2016

EL 15-M Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Imagen televisiva de una noticia
Analizar un movimiento político tan innovador como el 15-M con datos empíricos es una tarea oportuna en nuestros días. Mediante un análisis de mensajes de la red social Twitter durante los días 13 al 31 de Mayo de 2011, Casas et al (2016) clasifican los contenidos tratados en el 15-M en dieciocho grandes bloques temáticos. A partir de ahí, miden la repercusión que estos mensajes tuvieron en los medios de comunicación y, a su vez, la de éstos en los mensajes enviados por los indignados.

La indagación demuestra estadísticamente que cuando el citado movimiento ciudadano aumentó el interés por alguno de esos temas un día, ello influyó en que dicho tema tuviera más repercusión en los medios en los días siguientes.

Otra conclusión muy relevante es que, según el análisis realizado, los medios tienden a poner más interés en los hechos (manifestaciones, concentraciones, etc.) que en el debate ideológico generado por el 15-M. No obstante, ello no contradice la afirmación de que el 15-M, como un movimiento político alternativo en un momento de crisis institucional en España, marcara la agenda de los medios de comunicación españoles.

Desde el punto de vista metodológico, la aproximación realizada supone a nuestro juicio una correcta aplicación del análisis de contenido al estudio de un movimiento político. Con unas hipótesis muy claras, el estudio aborda el problema a investigar sin tratar de ir más allá ni convertir el método utilizado en el centro de la investigación.


REFERENCIAS

Casas, Andreu; Davesa, Ferran y Congosto, Mariluz (2016). «La cobertura mediática de una acción “conectiva”: la interacción entre el movimiento 15-M y los medios de comunicación». Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 155: 73-96. (http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.155.73)