martes, 20 de noviembre de 2012

SOCIOLOGÍA DE LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL

Hace pocos días se produjo la huelga general del 14-D en Grecia, Italia, Portugal y España. Desde Sociología Necesaria hemos apoyado esta primera huelga general internacional.

Para entender cómo los pueblos están representando la crisis, resulta de interés la lectura del artículo “Del consumismo a la culpabilidad: en torno a los efectos disciplinarios de la crisis económica”, escrito por Luis Enrique Alonso, Carlos Fernández Rodríguez y Rafael Ibáñez Rojo, de la Universidad Autónoma de Madrid. Aunque el artículo está publicado en 2010, cuando la crisis llevaba dos de los cuatro años con los que (al menos) cuenta hasta ahora, el análisis y los temas planteados ilustran una reflexión en torno a esa representación.

Gráfico con datos estadísticos de la crisis en España
En primer lugar, destacar que, según el estudio cualitativo de estos tres autores, los españoles están interpretando la crisis desde una proyección a los individuos de los hechos económicos y políticos acaecidos en estos años. Culpan de la crisis al creciente consumismo de la población española (o de “los otros”, como los autores observan) negando las verdaderas causas (globales) que generaron estos hechos: la crisis financiera que se originó en EE.UU. como ruptura de una burbuja inmobiliaria, y que tuvo su réplica, con mayor o menor intensidad en las economías de otros países de Norteamérica y Europa.

En esta culpabilización ante la crisis, los españoles hablan de irresponsabilidad moral. Se autoflajelan con el estigma de sí mismos como “pueblo incontrolado y sin disciplina”.  En el discurso tanto de las clases medias y altas, como de la clase obrera, predomina un enfoque tradicional y despolitizado: las pocas soluciones planteadas pasan por la modificación del comportamiento de los individuos o de las familias, sin referencias a un cambio político colectivo que enfrente las fallas del sistema económico actual.

Sin duda, estos elementos encontrados por los autores, fueron el caldo de cultivo para la mayoría absoluta lograda por el PP a finales de 2011. El cemento político en el que se está apoyando la apuesta por el desmantelamiento del estado del bienestar, que se vive actualmente en España.

El estudio, lógicamente, no puede abordar los cambios que el surgimiento del “movimiento indignado” a partir de Mayo de 2011, han supuesto en la conciencia de los españoles. Pero mucho trabajo les resta a este tipo de propuestas alternativas para la desarticular el discurso de esa mayoría que lee la crisis desde el “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

Un discurso crítico y colectivo que pueda crecer en la conciencia de la ciudadanía española, ha de enfrentarse a esta individualización. Una individualización que se ha desarrollado durante veinte o treinta años a la sombra, eso sí, del auge de la sociedad de consumo.

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