lunes, 28 de diciembre de 2020

GÉNERO: PRINCIPIO AUTOCOBAYA COMO MÉTODO

Conócete a ti mismo quiere decir envenénate a ti mismo, transfórmate a ti mismo (Beatriz Preciado, 2008: 253). 

Beatriz Paul Preciado

Beatriz Preciado, hoy Paul B. Preciado, empieza a intervenir su cuerpo con testosterona en gel para experimentar el intergénero sin que mediara ningún protocolo oficial de cambio de sexo. Experimentos similares fueron realizados por Freud y Benjamín, quienes realizaron registros sobre sus prácticas de intoxicación voluntaria, con cocaína y hachís respectivamente, como medio de aproximación a un fenómeno estudiado.

Este proceso lo denomina Principio Autocobaya (PA), entendido como un modo de saber y transformación política; como un conjunto de políticas de experimentación corporal y semiótico-técnica. Por ello no basta intervenir el cuerpo con sustancias sino reprogramar el alma, someter su subjetividad a través de ejercicios de reeducación y control del sistema de reacción emocional, a través, por ejemplo, de talleres Drag King. "El que quiera ser sujeto político que empiece a ser rata de su propio laboratorio" (2008: 248), señala Preciado mientras se autoaplica testosterona y escribe Testo Yonqui. Principio o método que fue expulsado de las narrativas dominantes contemporáneas, de los discursos del feminismo y de los movimientos de liberación de minorías sexuales.

Primero, parte de reconocer que el género es una construcción social de carácter binario (femenino/masculino), lo cual supone un ejercicio de violencia simbólica sobre los sujetos al obligarlos a elegir una u otra categoría. Su apuesta es resistir a este proceso de normalización de los cuerpos, tanto físico como subjetivo.

Segundo, considera que los sujetos tienen la potestad de definir su género o, incluso, diluirlo en una serie de posibilidades abiertas que están por descubrir-: “Mi género no pertenece a mi familia ni al Estado ni a la industria farmacéutica. Mi género no pertenece ni siquiera al feminismo, ni a la comunidad lesbiana, ni tampoco a la teoría Queer. Hay que arrancar el género a los macrodiscursos y diluirlo en una buena dosis de psicodelia hedonista micropolítica” (2008: 284).

Tercero, asumir el PA es adentrarse en un campo de resistencia política. Más que la representación, la autoexperimentación intencional supone la capacidad de resistir y rechazar la norma, de crear planos de acción subjetiva.

Cuarto, el PA supone una resistencia a los dispositivos y caminos trazados por los contextos social, científico y jurídico.

Quinto, la dependencia. Mientras escribía Testo Yonqui, Preciado señalaba que una pequeña dependencia no podría llamarse testomanía. El problema, señala: “es la gestión de la propia identidad: hombre, mujer, transexual, trasgénero, etc… es el diablo que se mezcla con la sangre” (2008: 304).

Es indudable que Testo Yonqui abrió todo un campo de discusión tanto entre las narrativas feministas como en las ciencias sociales. Desde éstas cabe preguntarse por los límites del Principio Autocobaya como método de investigación.

¿En qué medida la inmersión como objeto/sujeto de investigación sin ningún tipo de mediación, nos acerca a una mayor comprensión de la realidad? Independientemente de los riesgos que se asume como sujeto, cabe destacar si esta inmersión es limitada en términos metodológicos. El sujeto podrá intervenir su cuerpo para alcanzar el nivel de objeto en su plenitud, pero nos abocamos al problema de la representatividad. Las subjetividades descubiertas no dejan de ser de un sujeto que está situado socialmente, de un cuerpo, incluso, biológico, que posee una historia y una serie de atributos, los cuales pueden ser compartidos por otros grupos sociales. Pero quedarían por fuera de la investigación una serie de cuerpos intervenidos, cuyas opciones sociales se distancian de las de Beatriz y/o Paul B. Preciado en cuanto a sus posibilidades y subjetividades.

No obstante, su permanente capacidad de cuestionar lo normalizado, su resistencia a aceptar todas aquellas categorías sociales construidas relacionadas con los campos del feminismo y la sexualidad, nos lleva a seguir abordando el pensamiento de ella y/o él en próximas entradas, por su capacidad de trasgresión académica, social y política en su rol de hacker trans, capaz de construir categorías sociales como bio-capitalismo farmapornográfico.


BIBLIOGRAFÍA

Preciado, Beatriz, 2008, Testo Yonqui. Editorial Espasa, Calve S.A. España.


lunes, 21 de diciembre de 2020

CAPITALISMO FARMAPORNOGRÁFICO

capitalismo-farmapornografico
Beatriz Preciado, hoy Paul B. Preciado, en su “Testo
Yoqui” (2008), plantea el paso del régimen disciplinario al régimen farmacopornográfico. Esto supone el paso del poder negativo, entendido como el control de los cuerpos a través de dispositivos ortoarquitectónicos externos (panóptico: escuelas, fábricas, cárceles, sanatorios, etc.) al poder positivo, que busca intervenir sobre los cuerpos internamente para producir subjetividad, deseos. En el nuevo régimen “el cuerpo ya no habita los lugares disciplinarios, sino que está habitado por ellos, siendo su estructura biomolecular y orgánica el último resorte de estos sistemas de control” (2008:67). Los sujetos engullen productos farmacológicos y audiovisuales que fijan y delimitan sus potencialidades somáticas funcionando como filtros que producen distorsiones permanentes de la realidad que les rodea; atraviesan sus cuerpos para transformarlos y producir subjetividades, estados del alma.

El bio-capitalismo farmapornográfico se sostiene sobre los pilares de las industrias farmacéutica y audiovisual. La pornografía construye subjetividades, representaciones y cuerpos; busca excitar los sentidos, configurar sujetos deseantes de un tipo de sexualidad, de cuerpo, de vida. La industria audiovisual se sustenta en el principio pornográfico, es decir, en la búsqueda de la excitación permanente para construir sujetos deseantes. El cuerpo postmoderno se vuelve al mismo tiempo colectivamente deseable y real gracias a su gestión farmacológica y a su promoción audiovisual. Vivimos en una era toxico-porno (2008:45).

Estas dos industrias, la visual y la farmacéutica, han generado, en términos ontopolíticos, el “tecnogénero” que da cuenta del conjunto de técnicas fotográficas, quirúrgicas, farmacológicas, biotecnológicas, cinematográficas o cibernéticas que constituyen perfomativamente la materialidad de los sexos.

"El objetivo de estas tecnologías farmacopornográficas es la producción de una prótesis política viva: un cuerpo suficientemente dócil como para poner su potentia gaudendi, su capacidad total y abstracta de crear placer, al servicio de la producción del capital. Fuera de estas ecologías somaticopolíticas que regulan el género y la sexualidad, no hay ni hombres ni mujeres, del mismo modo que no hay ni heterosexualidad ni homosexualidad" (2008:90).

Distante de una posición liberal, Preciado plantea que los sujetos no son libres ni autónomos, sino frágiles e interrelacionados, cuyas posibilidades dependen de su resistencia colectiva. La programación de género, como tecnología sociopolítica, moldea la subjetividad y permite que los cuerpos piensen y actúen como cuerpos individuales, que se autoemprenden como espacios y propiedades privadas, con una identidad de género y una sexualidad fija.

La programación de género dominante parte de la siguiente premisa: un individuo =un cuerpo=un sexo= un género = una sexualidad. Preciado avanza con una apuesta política y académica radical de deconstrucción del género y con él del sexo, los deseos y la identidad. Busca develar la violencia simbólica que este encarna y mostrar las múltiples posibilidades de ser, de existir, individual y colectivamente.

Por un lado, no hay dos sexos, sino una multiplicidad de configuraciones genéticas, cromosómicas, hormonales, genitales, sexuales y sensuales. Por otro lado, es necesario derribar la programación de género lo cual supone romper con los binarios: feminidad/masculinidad, heterosexualidad/homosexualidad; cuestionar los límites del deseo (a quién y cómo desear); apostar por una identidad no esencialista, fija que excluye al otro; además de cuestionar las instituciones que han configurado la familia (el matrimonio, la paternidad).

Remando a De Lauretis señala que el sujeto es al mismo tiempo un productor y un intérprete de signos, siempre implicado en un proceso corporal de significación, representación y autorrepresentación. En este sentido Preciado afirma: “… yo creo que será una revolución pansexual inminente: la disolución de la identidad sexual en una multiplicidad de deseos, prácticas y estéticas, la invención de nuevas sensibilidades, nuevas forma de vida colectiva…, todo eso me parece entonces posible, real, inevitable” (2008: 70).

El bio-capitalismo farmacopornográfico es una narrativa que coloca en primer plano el poder de dos industrias, la farmacológica y la visual, articuladas a la construcción de nuevos sujetos y subjetividades, lo que constituye un aporte importante. Sin embargo, deja de lado, por ejemplo, el poder ejercido por las corporaciones financieras a la vez que el sujeto trabajador se desvanece, dando prioridad a los abyectos, sujetos invisibilizados históricamente por razones de orientación sexual, raza, etnia, procedencia, diversidad funcional, entre otros.

Es un/a autor/a polémica/o, apasionada/o cuya apuesta por deconstruir y arrasar con lo normalizado supone una ejercicio intelectual a seguir, independientemente de si se comparte o no la totalidad de su propuesta teórica y metodológica como veremos en otras entradas.


BIBLIOGRAFÍA

De Lauretis, Teresa, 2000, Techologies of Gender: Essays on theory, film, and Fiction. Indiana University Press, Boomington.

Preciado, Beatriz 2008, Testo Yonqui. Editorial Espasa, Calve S.A. España.

lunes, 14 de diciembre de 2020

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LOS CUIDADOS

Robots encargados del cuidado
La inteligencia artificial abre un campo muy amplio de
investigación para las ciencias sociales, debido a la robotización cada vez más creciente de actividades consideradas, hasta hace poco tiempo, propias de los humanos. Vanessa Nurock (2020) se pregunta: ¿puede prestar cuidados la Inteligencia Artificial?

Define la IA como el conjunto de tecnologías vinculadas con la ciencias de la información y la comunicación cuyo distintivo es la automatización de las funciones intelectua­les; carece de género en la medida en que su uso va desde prototipos “más” femeninos como los ligados al mundo del cuidado; a aquellos considerados “más” masculinos, vinculados a la maquinaria de guerra, drones o supersoldados.

Nurock llama la atención sobre cómo creadores y programadores de inteligencia artificial (IA) terminan reproduciendo en los dispositivos las estructuras de dominación patriarcal, relegando a las mujeres a las tradicionales posiciones de subalternidad y reproduciendo los roles de género.

Se observa en robots cuya función es la atención al público y se feminiza su estética y forma de comunicación; cuando se considera que la voz que da órdenes debe ser masculina, demandando a la usuaria adaptarse a las exigencias de la tecnología; o cuando los asistentes personales recalcan el sistema de dominación patriarcal:

… “Me pondría colorada si pudiera” (“I’d blush if I could”) responde Siri, sumisa, a un interlocutor que le lanza “Hola Siri, eres una golfa” ("Hey Siri, you are a bitch”). Como muestra Hilary Bergen (Bergen, 2016), estas asistentes personales han sido programadas para invitar al flirteo (por así decirlo), hasta en los casos en los que se convierten un acoso agresivo, lo que no deja de ser un problema” (Nurock (2020: 222).

La autora plantea que no es un problema de sesgo de género, sino un problema de orden estructural. Por ello, no es suficiente incorporar cada vez más mujeres al campo de la IA, ni diversificar los data. “El problema, sobre todo, es que la IA reproduce, refuerza y conlleva el riesgo de autonomizar unas estructu­ras sociales de dominación” (2020: 227). La IA no es neutral ni imparcial, es producida por grupos de sujetos situados históricamente.

Se ha olvidado que los equipos que han participado en el éxito de la IA, inicialmente eran mixtos. Estos se han ido masculinizando en la medida en que la IA se convertía en un asunto importante, borrando de la historia la figura femenina.

¿Pude la IA cuidar? Qué relaciones estamos dispuestos a delegar, a construir con la IA, considerando, incluso nuestros espacios más íntimos. Hay corrientes de investigadores que buscan promover la construcción de artefactos de IA dotados de empatía, de "sentimientos" e, incluso, buscan proveerlos de derechos (Gunkel, 2018). Ello lleva a reflexionar sobre cómo concebimos la IA, qué propiedades le vamos a atribuir y por qué.

Llama la atención sobre el peligro de la artificialización de la IA, lo cual supone una naturalización de la misma, es decir, proveerla de una supuesta imparcialidad y por tanto considerarla moralmente buena.

La IA expresa esa línea abierta en que se encuentra ser humano entre lo animal y la técnica; la técnica por su capacidad de crear subjetividades y sentimientos, de construir representaciones y de transformar los cuerpos. Es un campo a explorar que requiere ser investigado y reflexionado, desde la ética y la política, es decir, desde el poder, pues compromete al tipo de sociedad que queremos construir y, por tanto, a la sociedad en su conjunto.

Estos avances se realizan a espaldas de la sociedad desde un marco supuestamente neutral de las ciencias de la robótica, de ahí la importancia de abordar este problema desde la interdisciplinariedad, dando cada vez mayor cabida a las ciencias sociales.


BIBLIOGRAFÍA

Gunkel, D. (2018). Robot Rights. s.l.:MIT Press.

Nurock, V. (2020) ¿Puede prestar cuidados la Inteligencia Artificial? Cuadernos de relaciones laborales. 38(2) 2020: 217-229, Universidad Complutense, Madrid. 


lunes, 7 de diciembre de 2020

60 AÑOS DE SOCIOLOGÍA EN COLOMBIA

La sociología en Colombia cumple 60 años. Por ello, el
XIII Congreso Nacional de Sociología del país latinoamericano celebrará el día 9 de diciembre de 6:00 a 8:00 pm (hora colombiana) un panel que se retransmitirá vía Zoom previa inscripción.

Hace 20 años, cuando se celebraron los 40 años, Fals Borda recordaba cómo la emergencia en 1959 de la sociología moderna en Colombia fue como una tromba que conmocionó la imagen de la Universidad Nacional. En su estética –la derrota de la corbata-, en su vinculación al campo del deporte y en una mayor articulación de la universidad con la sociedad civil -alentando el compromiso y creación de movimiento populares-, además de una apuesta por la interdisciplinariedad.

Su emergencia no fue ni ha estado exenta de luchas internas por la definición de la "verdad". El debate teórico y filosófico en torno a la relación entre sujeto/objeto en pos de la objetividad estuvo permanentemente presente en un espacio de violencia en el que se debatía y se ha debatido de manera continua el país. Articular la investigación a los movimientos sociales ha sido una preocupación de unos profesor@s/investigador@s más que de otr@s. Posiblemente, el fin no se cuestione, tal vez la discusión sigue estando en el medio, en el cómo. Figuras como la de Camilo Torres continúan alentando una toma de posición, como lo expresaba en su momento Fals Borda: [Camilo] sintetizó la teoría sociológica y la práctica del compromiso, para la construcción de un país mejor.

Seguramente estas tareas e inquietudes siguen abiertas a debate ya no sólo en la Universidad Nacional sino en las demás facultades de sociología que surgieron en Bogotá y a nivel nacional. La desnaturalización del objeto de estudio, la permanente problematización de la realidad, la deconstrucción de todo aquello que se nos presenta como normal ha sido y sigue siendo una tarea que hace de la sociología una sociología necesaria.


BIBLIOGRAFÍA

Fals Borda, Orlando, 2001, Cuarenta años de Sociología en Colombia: problemas y proyecciones. Revista Colombiana de Sociología Vol. 6, Nº1, pp. 7-17.

lunes, 30 de noviembre de 2020

CONSECUENCIAS DEL MARKETING POLÍTICO

Un cartel de Barack Obama
El marketing político puede definirse como la actividad
encaminada a implementar acciones con fines políticos, ya sea en favor de partidos, grupos de opinión, colectivos, empresas, etc. Uno de sus primeros campos de actuación fueron las campañas electorales, aunque su uso se ha ido extendiendo más allá de las mismas.

El uso y la extensión del marketing político entraña algunos inconvenientes para la democracia. Sánchez Murillo se refiere al riesgo de personalización de la política, la crisis de credibilidad y representación de los partidos políticos, la disminución del debate de ideas y programas de gobierno, o incluso la posibilidad de una reconfiguración de la legitimidad de acuerdo a una visión particular de los actores políticos (2005).

La cuestión de la personalización de la política es desarrollada por Axford y Huggins, en referencia a que el marketing político ha ido convirtiendo a los políticos (y no los partidos) en los principales actores de la batalla, dependiendo cada vez menos de las estructuras organizativas y cada vez más de expertos en la materia (2002).

En general, podría decirse que esta nueva praxis de la política convierte lo político en un mercado. A lo señalado anteriormente, iremos añadiendo a en futuras entradas del blog otras consecuencias del auge del marketing político, tales como la espiral de moderación o las aparentemente contradictorias acciones encaminadas a fortalecer opciones rivales que pueden debilitar a contrincantes más directos.

BIBLIOGRAFÍA

Axford, B. y Huggins, R. (2002) Political marketing and Aestheticism of Politics: Modern Politics and Postmodern Trends. En N. J. O’Shaughnessy, S. C. M. Hennerberg (eds.), The Idea of Political Marketing, London: Praeger.

Sánchez Murillo, L.F. (2005) El marketing político y sus consecuencias para la democracia. En: Nueva época, Núm. 4, julio-diciembre, pp 11-38.

lunes, 23 de noviembre de 2020

PEDALADA A PEDALADA: TALLER SOCIAL DE BICICLETAS

Taller social Alcalá de Henares
Pensar en urbanismo y medio ambiente nos lleva a
colocar la bicicleta (bici) no sólo como medio de transporte sino como propuesta ambiental, organizativa y de lucha social. Esta es la apuesta del Taller Social de Bicicletas de Alcalá de Henares.

El Taller emerge desde la sociedad civil, en el marco de la Asociación Pedalada a Pedalada. Como un espacio de lucha social por una sociedad y ciudad diversa, respetuosa del medio ambiente. Su objetivo principal es hacer del uso de la bici una necesidad individual, familiar y social. Es repensar el vínculo entre sociedad y medio ambiente, entre ciudad y medio de transporte, entre ciudad y diseño urbanístico y, fundamentalmente, entre ciudad y encuentro con el otro. 

En este sentido, las actividades que desarrollan van más allá de un taller de bicis. Si bien, allí podrás donar tu bici, adquirir una bici usada de forma gratuita, reparar y aprender cómo cuidar de ella; también es un espacio de integración comunitario que busca visibilizar e impulsar movimientos asociativos y vecinales en pos de la construcción de una sociedad participativa, solidaria, que lucha por la defensa de sus derechos y la preservación del medio ambiente, que apuesta a “sumar para cambiar”. 

Puedes contactar con ellos también a través de su página de Facebook.

Nos interesa el sentido colectivo del concepto de taller social, en contraposición del mercado, que convierte a la bicicleta en un objeto de consumo. Además, creemos que este proyecto puede ser replicado a nivel global en muchos espacios urbanos, tanto pequeños como grandes.

lunes, 16 de noviembre de 2020

INTELECTUALES ORGÁNICOS EN GRAMSCI

Imagen del autor
Antonio Gramsci
Antonio Gramsci (1891-1937) desarrolló desde una
perspectiva marxista el concepto de bloque histórico para establecer la relación dialéctica que se constituye entre la estructura socioeconómica y la superestructura político-ideológica; esta última está conformada por la sociedad civil y la sociedad política, y muestra los posibles desequilibrios que subyacen en el interior del bloque histórico. Destaca los elementos ideológicos y culturales para el logro de la hegemonía y la comprensión de los cambios sociales.

La armonía de este conjunto de elementos se alcanza gracias al rol que juegan los intelectuales orgánicos de la sociedad, quienes proponen y materializan la concepción de mundo de la clase dominante. Ellos son los ideólogos del proyecto político, capaces de elaborarlo, difundirlo y legitimarlo, de ahí que cumplen un papel estratégico en el espacio de la superestructura. La hegemonía cultural se alcanza con el control de las instituciones religiosas, educativas y de los medios de comunicación, entre otras. 

Por ejemplo, el capitalismo ha contado desde el siglo pasado, en la esfera económica, con intelectuales orgánicos como Hayek y Friedman defensores a ultranza del neoliberalismo. Desde el campo académico, en la cuna del capital cultural y simbólico estadounidense, el neoliberalismo se erigió en proyecto político que abarcó el campo económico y social. Proyecto defensor a ultranza del mercado en desmedro del papel del Estado como ente regulador y redistribuidor de la riqueza. Este proyecto económico-político sigue siendo abanderado por los intelectuales orgánicos de las clases dominantes a nivel global, sin generar mayor crisis del bloque hegemónico, a pesar de las continuas crisis que ha sufrido el sistema capitalista en los últimos cincuenta años. 

Por un lado, los intelectuales orgánicos asumen los roles de organizadores y administradores en todos los campos (económico, social, político, cultural y religioso); cuya tarea es mantener el vínculo decisivo entre estructura y superestructura en el bloque histórico. Por otro, articulan su trabajo a los grupos sociales, con miras a generar unidad discursiva y conciencia de su propia función como sujetos políticos. 

Cada sector tiene sus propios intelectuales. En la sociedad política (burocracia civil y militar, técnicos, políticos, entre otros). Y en la sociedad civil (trabajadores, técnicos, supervisores, sindicalistas, sacerdotes, educadores, gestores culturales y de los medios de comunicación, periodistas, etc.). 

Gramsci destaca  el papel de los grandes intelectuales, tanto en la esfera internacional como nacional, cuyo objetivo es generar homogeneidad ideológica (discursiva y estratégica) a la masa de los intelectuales de los distintos niveles. Lo interesante de la propuesta gramsciana es, por un lado, el papel político que se otorga a los diversos tipos de intelectuales, es decir, tanto a aquellos que cumplen funciones organizativas y conectivas como a aquellos cuya tarea está más orientada a la creación discursiva. Por otro, es el descubrimiento de que este carácter político tiende a convertir la “masa” de los intelectuales en un “bloque” orgánicamente ligado al poder estatal ( Giglioli, 1996). No obstante, su propuesta no abandona su carácter jerárquico, sin que la participación de las bases en la construcción discursiva sea uno de sus fundamentos. 

No obstante, Gramsci hace un llamado a todos los intelectuales de todos los sectores de la sociedad civil y política a proponer un contra-discurso que impregne también el sistema educativo y los medios de comunicación para quebrantar la hegemonía cultural dominante sobre las clases sometidas. 

Se distancia, entre otros aspectos, de la propuesta marxista al no considerar que la crisis del bloque hegemónico sea necesariamente empujada por las transformaciones a nivel de la estructura, destaca los aspectos ideológicos, culturales, ese decir, el espacio de la superestructura. La disputa por la hegemonía cultural, abanderada por los intelectuales orgánicos, puede desencadenar luchas en la sociedad civil con expresión en la sociedad política y originar transformaciones sociales, es decir, crisis del bloque histórico. O, en sentido inverso, la no hegemonía ideológica por parte de los dominados puede mantener el bloque histórico a pesar de sus crisis internas y transformaciones en la esfera de la estructura. 


BIBLIOGRAFÍA 

Giglioli, Giovanna, 1996, los intelectuales orgánicos en la teoría de Eramsci. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/10907

Gramsci, A. (1967). La formación de los intelectuales Ciudad de México: Grijalbo. 

Lugo, Armando, 2020, La crisis hegemónica del modelo neoliberal. Un análisis desde los postulados de Antonio Gramsci. Universidad Distrital, Bogotá.

lunes, 9 de noviembre de 2020

¿QUÉ ES VIOLENCIA SIMBÓLICA?

En esta oportunidad quisiéramos referirnos a la violencia simbólica, aquella que transita en la vida social de manera enmascarada, desapercibida, sutil. No es una violencia física, que sería socialmente cuestionada, sino aquella que se esculpe lentamente en los cuerpos y en la subjetividades a través de nuestros hábitos y prácticas, de ahí su manera difusa de percepción y de transformación.

No es menos violenta que la violencia explícita en la medida en que es una forma de retener indefinidamente al otro (Acosta, 2013). Tanto los dominados como los dominantes comparten determinadas formas de percepción y valoración, que se traducen en disposiciones prácticas de adhesión y sumisión, sin pasar por la deliberación y la decisión. Es decir, no son actos de conciencia intencionales, de ahí su invisibilidad. Por ello, el reto es hacer visible la relación de dominación, existente en todos los espacios en que transitan cotidianamente y socialmente los sujetos. 

Bourdieu lo ilustra a través de sus vivencias en el entorno intelectual parisino. Hay que recordar su extracción de familia de provincia y de origen campesino. Violencia vivenciada de forma contundente, casi física, pero sin la capacidad para responder de manera frontal frente a ella, y que se expresaba en cómo él tenía que “reprimir su acento sureño y sus maneras provincianas y algo rústicas en este universo dominado por el culto al estilo “brillante”, al esteticismo radical –también en política- y a la desenvoltura mundana” (Vázquez, García, 2002:22-21). 

Como se observa, la particularidad de la violencia simbólica es su capacidad de lograr el consentimiento de aquellos sobre los que se ejerce. Se erige sobre la base del capital simbólico, que tiene la fuerza de hacer pasar como natural la desigual distribución de capital. Por ello, quienes poseen mayor capital simbólico tienen mayor poder para imponer su visión del mundo, universalizándola e instaurándola como lo “normal”, como lo válido, desacreditando todo aquello que no entre en esa visión o la cuestione. 

También se ejerce violencia simbólica con las políticas asimilacionistas en torno a la migración, basadas el desconocimiento de la otredad del diferente, desestimando la posibilidad de aprendizaje y/o enriquecimiento, dando sólo cabida a la reducción del otro a través de su negación y avergonzamiento. En una entrevista realizada a una mujer migrante nos relataba cómo su hija había manifestado que “nunca había pensado que su papá fuese tan feo”. Lo había descubierto con la asimilación de la belleza o estética “blanca”, distante de la indígena, propia de su padre y de ella misma. 

Bourdieu devela la violencia en espacios como la escuela y el campo científico, este último como espacio de creación y recreación de verdad, de clasificación de los sujetos. La escuela define quiénes son los inteligentes, los brillantes a través de su autoridad pedagógica; mientras la ciencia ha construido con sus paradigmas las clasificaciones de raza (blanco/negro) o de género (masculino/femenino), y el campo jurídico ha institucionalizado la clasificación entre nacional/migrante, por ejemplo. Detrás de todas estas clasificaciones anida y se alimenta la violencia simbólica, al construir la percepción y apreciación social de sujetos con déficit, cuando no como anormales. Lo grave de ésto es que la clasificación social normaliza, y en esa medida invisibiliza dicha violencia. 

Todo este tipo de violencia se nutre de las creencias sociales, de lo que se asume como natural. El proceso de socialización construye estos esquemas de percepción y apreciación, base en que se sustenta la violencia simbólica. 

La clasificación social, normalmente binaria, modela sujetos, forja habitus. Sin embargo, queda abierta la posibilidad de cambio, la cual debe pasar por el contra-adiestramiento de los cuerpos, de las disposiciones, de los habitus. En este sentido, es insuficiente la toma de conciencia. El cambio debe pasar por los sujetos, por su socialización, por el derribo de las “verdades”, de las clasificaciones sociales que han legitimado la dominación y que han esculpido y esculpen cotidianamente los cuerpos y sus subjetividades. 


BIBLIOGRAFÍA 

Acosta, Lucia, 2013, Violencia simbólica: una estimación crítico-feminista del pensamiento de Pierre Bourdieu. Tesis doctoral, Universidad de la Laguna, España. 

Bourdieu, Pierre, 1999, Meditaciones pascalianas. Barcelona, Anagrama, Colección Argumentos, 1999. (Original: Méditations pascaliennes. París, Éditions du Seuil, 1997). 

Vázquez García, Francisco, 2002, Pierre Bourdieu. La sociología como crítica de la razón. Barcelona, Montesinos.

lunes, 2 de noviembre de 2020

GRUPOS DE TRABAJO CLACSO NOVIEMBRE 2020

Agenda de CLACSO
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
(CLACSO) realizará este mes de noviembre, con carácter abierto, libre y gratuito más de 50 actividades y convocatorias. Podéis ver la relación completa y seguirlas online.

En dicha convocatoria encontramos una gran variedad de problemas y áreas de conocimiento dentro de las ciencias sociales. Para muchas de ellas, ha habido un largo proceso de evaluación de ponencias y artículos.

Hojeando las actividades, llama la atención la actualidad de muchas de las propuestas, en las que la pandemia aparece vinculada a un gran número de las mismas. Bajo nuestro punto de vista, estos grupos de trabajo de CLACSO acercan el conocimiento a la comunidad científica y a las personas interesadas de una manera muy oportuna.

lunes, 26 de octubre de 2020

COVID-19, EL ESPEJO DE UNA CRISIS CIVILIZATORIA

En el momento actual, Europa y Norteamérica sufren las arremetidas de una pandemia que ha dejado al descubierto las carencias de su modelo de gobierno y su estado de bienestar. En una entrada anterior, nos referíamos al vínculo entre la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 y los recortes sanitarios. Pero la segunda oleada de la pandemia destapa carencias aún más profundas.

En primer lugar, la falta de previsión ante la bajada de los casos tras el primer confinamiento. Se diseñó una vuelta al trabajo y la enseñanza presenciales, al transporte público masificado, a la hostelería o al turismo a gran escala, entre otras facetas de este mundo nuestro.

En segundo lugar, la asociación entre normalización de la actividad y garantía de supervivencia de la economía. Prevenir adecuadamente una segunda oleada habría sido la mejor manera de proteger las maltrechas economías. Era evidente que el otoño iba a generar otra explosión de casos, pero a los obtusos gobiernos les pareció más conveniente sostener y sostener una falacia que se caía por su propio peso.

En tercer lugar, la manipulación de las estadísticas. De repente se comenzó a hablar de contagios y fallecimientos diarios, por un lado; y registrados, por otro. Cada semana veíamos un crecimiento moderado de los datos para la semana en curso, pero más abultado para la semana anterior.

En cuarto lugar, no se contó lo suficiente con el conocimiento aportado por los científicos. Si eran innumerables las voces de expertos que alertaban sobre el contagio en interiores: ¿por qué no se limitó mucho más el ocio en locales cerrados o se dejó de fomentar el teletrabajo?

En quinto lugar, las deficiencias en las estrategias de rastreo.

En sexto lugar, se desestimó el aporte de los científicos sociales a la hora de analizar y planificar los dispositivos sanitarios y las pautas de comportamiento de la población.

En séptimo lugar, no ha habido un estudio epidemiológico serio que comparara la evolución de la pandemia entre unos países y regiones con otros. Se ha invertido mucho dinero en buscar una vacuna o un tratamiento efectivo. Ojalá se encuentre pronto. Pero habría sido de mucho interés comparar en qué medida la temperatura o el grado de humedad influyen en el desarrollo de la enfermedad o en la configuración (o no) de una explosión de casos.

En octavo lugar, la transferencia de la responsabilidad a los sujetos. Un comportamiento cívico de la población es importante. Pero las administraciones públicas no pueden eludir su responsabilidad. Más aún después de un confinamiento como el que se dio a escala global durante la primera oleada.

Y en noveno lugar, el fracaso que supone la incapacidad de combatir el permanente bulo de los negacionistas. Fracaso que compromete al sistema educativo, más dedicado a fomentar la adhesión nacional de los sujetos que a favorecer un pensamiento crítico; y a los medios de comunicación social, que producen más sujetos consumidores de información que ciudadanos capaces de construir puntos de vista coherentes con el mundo que les rodea.

Carencias que, en algunos casos, van más allá de la acción de los gobiernos, principales responsables. Afectan a la forma como investigamos los problemas, a la difusión del conocimiento o a la falta de coherencia en una sociedad que se autodenomina moderna, postmoderna o global.

lunes, 19 de octubre de 2020

REVISAMOS ATLAS.ti 9

Hemos revisado la versión 9 de ATLAS.ti,
recientemente lanzada. Tanto en su versión para Windows como en su versión cloud o en la nube, que permite su uso sin instalación previa.

Scientific Software presenta la versión como completamente rediseñada, con un entorno que facilita un manejo más intuitivo y que se integra con la versión Cloud del producto. Destacan como novedades ciertas mejoras en el proceso de autocodificación, que incluye los sinónimos; una herramienta de análisis de emociones; la posibilidad de realizar diagramas de Sankey, que permiten modificar la anchura de las flechas; o un espacio para las referencias bibliográficas dentro de los documentos, entre otras. 

Un cambio destacable es la forma de pago del producto, que ahora puede facturarse por meses de uso, con unos precios que varían de los US$10 a los US$50 al mes. Ello puede permitir un mejor acceso a la herramienta para proyectos de corta duración. 

Por lo que respecta a la versión cloud de ATLAS.ti 9, nos parece que cumple con las nuevas necesidades de movilidad que surgen en el uso de herramientas de investigación. Pero que aún le falta mucho por recorrer para disponer de todas las posibilidades que brindan las versiones que se instalan en Windows o Mac.

lunes, 12 de octubre de 2020

PELÍCULAS SOBRE LA CRISIS DE 2008

Cartel película "La gran apuesta"
Siempre es grato verificar la existencia de ciertos espacios de autonomía en el campo cultural estadounidense, más específicamente el de los premios Oscar.

Películas como La Gran Apuesta (The Big Short, 2015) e Inside Job (2010) dan muestra de ello. Nos permiten comprender las causas de la crisis de 2008, de la cual posiblemente no hemos logrado salir debido a la continuidad de la desregulación del sistema financiero y al acrecentamiento de la desigualdad a nivel global.

Tras promesas de regulación del sistema financiero Obama, premio nobel de la paz, asumió la presidencia de USA. Poco fue lo que hizo en este sentido, más aún, ubicó en puestos estratégicos de su gobierno a sujetos promotores de la desregulación económica. La continuidad de políticas neoliberales, el poder que ejerce el campo económico en todos los ámbitos sociales, culturales y en especial en el político nos vuelve a develar cómo la economía sigue definiendo nuestros fines como sociedad y la necesidad urgente de repensar en qué sociedad queremos vivir.

Llama la atención cómo en Inside Job personas que se anticiparon a la crisis, lo hicieron bien a través de metodologías cuantitativas, utilizando base de datos financieras e hipotecarias; o vía metodologías cualitativas -específicamente la entrevista. Muestra cómo cualquiera de las dos vías permitía aproximarse a la comprensión de la realidad y prever la crisis que se avecinaba. Abandonando los principios liberales, el gran capital acudió presto al Estado para salir de la crisis; mientras se culpó de la misma a los pobres e inmigrantes por vivir por encima de sus posibilidades.

Documentales como Enron, los tipos que estafaron a América, así como The Flaw, ilustran y profundizan sobre las causas de la crisis, causas que aún no se han atajado, de ahí la fragilidad de la economía a nivel global y, consecuentemente, de la sociedad. Posiblemente, buena parte de vosotros conocéis estas películas y documentales, pero no sobra volver a verlas porque lo que muestran no son cosas del pasado.

lunes, 5 de octubre de 2020

INVESTIGACIÓN MILITANTE


Hasbun, Ana. En: https://www.facebook.com/photo?fbid=106042802796177&set=ecnf.100001713737432


En el marco de una sociología transgresiva, Patricia Botero (2012) plantea el concepto de Investigación Militante (IM) para distanciarse en términos epistemológicos e, incluso, ontológicos de los principios que rigen y legitiman el quehacer científico de occidente.

Por ello se aparta de la concepción de los intelectuales de adentrarse en las comunidades con miras a desideologizarlas; rescata sus significantes y formas  de entender del mundo; sus procesos de resistencias ancestrales y populares que han permitido conservar sus prácticas de buen vivir, a partir de procesos de resistencias ecológicas, espirituales, culturales y políticas, basadas en la solidaridad.

Hay una crítica profunda a los principios orientadores de las ciencias sociales modernas apoyadas en la puesta en valor de la separación de la naturaleza y la cultura (el individuo no ligado a lugar y comunidad); la economía alejada de lo social y lo natural; la supremacía del conocimiento experto, por encima de todo otro saber; la separación entre ‘nosotros’ y ‘ellos’, colonizadores y colonizados, civilizados y salvajes, desarrollados y subdesarrollados, no fundamentalistas y fundamentalistas, entre otros.

Distinciones, primero, entre conocimiento cuyo estatus de cientificidad opaca el saber, como sentido común carente de valor. Segundo, subordinación de lo humano sobre lo no humano. Tercero, lo racional como fuente de verdad y acción; y cuarto, la visión del “futuro, en una lógica lineal y negación del presente y el pasado” (2012:34). Por ello, apuesta por una epistemología plural basada en el reconocimiento de múltiples saberes no occidentales (medicinales, ecológicos, organizativos y de resistencia).

Una epistemología diversa que emerge de comunidades y sociedades situadas en su contexto, constructoras de saberes, sobre la base de vivir en colectividad; pero sin la pretensión de homogenizar el mundo.

La investigación militante se distancia de las militancias de izquierda como académica. Mientras las primeras se fundamentan en la certeza de sus relatos; la segunda basa su reflexión a partir de cuestionar dichas certezas. La militancia en la investigación apuesta a construir conocimiento desde lo colectivo “para ampliar los sentidos colectivos asumiendo la teoría como contra-poder que re-cuenta versiones plurales de mundos políticos, económicos, sociales, culturales, históricos, ambientales, etc. En esta dirección, la investigación re-escribe y re-inscribe concepciones y prácticas” (2012: 37). La idea es no convertirnos en nativos sino de-construir la mirada homogénea sobre el desarrollo, abordar las prácticas y luchas de colectivos invisibilizados que construyen contra-relatos.

La IM se cuestiona permanentemente sobre el porqué y para qué del conocimiento; alienta a participar en las luchas concretas de las comunidades en resistencia, cuestiona nuestro rol de expertos a la vez que objeta nuestros mundos y sus significados. Apuesta a la des-jerarquización del conocimiento; en la medida en que no podemos hablar de investigación militante, en tanto las comunidades sean solo fuente de consulta. Por ello apuesta a la intersección entre academia y activismo: capacidad de autoría del teórico en las luchas sociales, y de los agentes comunitarios en la teoría.

 

BIBLIOGRAFÍA

Botero, Patricia  (2012)  Investigación y acción colectiva –IAC– Una experiencia de investigación militante. Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 17, No. 57, pp. 31-47.

lunes, 28 de septiembre de 2020

WAYBACK MACHINE, RECONSTRUYENDO DOCUMENTOS DIGITALES

Sabemos que, hoy en día, internet nos permite obtener documentos relevantes para nuestras investigaciones. O simplemente, obtener datos acerca de una persona que vamos a entrevistar. En ocasiones buscamos información acerca de una organización que ya no existe o un área dentro de la misma que, en algún momento, informó de lo que hacía, pero dicho contenido ha sido eliminado. O, a veces, nos surge la necesidad de indagar la manera como una misma organización ha ido variando su actividad o su presentación al público, por ejemplo.

Archivo de internet
En ese contexto, Wayback Machine es una herramienta gratuita que nos puede ayudar. Permite obtener versiones pasadas de esas páginas o subpáginas que desaparecieron o cuya versión anterior queremos reconstruir. Es una especie de hemeroteca de internet. 

El manejo es bastante sencillo. Accedemos al inicio del portal de Wayback Machine. Colocamos la dirección web o las palabras clave que nos permitan encontrar la página que deseamos, como si se tratara de un buscador de internet. Si lo que buscamos está archivado en el portal, nos aparecerán las diferentes versiones de las que podemos disponer, cada una con una fecha diferente. Si todo sale bien, una vez elegida la fecha a la que queremos acceder, el portal nos permitirá navegar por esa página o subpágina como si de la versión actual se tratara. Podremos compartir los enlaces (que se presentan siempre con el prefijo “https://web.archive.org/”, seguido de algún tipo de codificación que desconocemos, tal como “web/20190707212526/”; y, finalmente, la dirección web de aquella versión de la página.

Como todas las herramientas digitales, no sirven si la investigación no tiene los objetivos, los resultados esperados o la metodología adecuada. Pero puede ayudarnos en alguna parte del proceso.

lunes, 21 de septiembre de 2020

SITUACIÓN DE MERCADO EN WEBER

Max Weber llamó situación de mercado a la 
  Taller medieval, de Jean Bourdichon 
(siglo XV)
totalidad de las probabilidades de cambio de un objeto contra dinero que puedan ser conocidas por los partícipes en su orientación por la lucha de precios y de competencia. 

En esta lógica transaccional, el concepto de situación de mercado es definido en relación con otros conceptos implicados. Mercabilidad es la medida de la frecuencia con que un objeto acostumbra a ser un objeto de cambio en el mercado. Libertad de mercado es el grado de autonomía de los partícipes particulares en la lucha de precios y de competencia. Y regulación de mercado es, por el contrario, la situación en que está materialmente limitada por una ordenación efectiva la mercabilidad de posibles objetos de cambio o la libertad de mercado para posibles contratantes (Weber, 1993, pp. 62). 

Weber aterriza el concepto de situación de mercado en la sociología de las profesiones. Por profesión se entiende la peculiar especificación, especialización y coordinación que muestran los servicios prestados por una persona, fundamento para la misma de una probabilidad duradera de subsistencia o de ganancias (pp. 110-111). En ese contexto, la situación de mercado es determinante en un escenario de división libre de las profesiones, que se parece al mercado de trabajo en el que nos movemos en los inicios del presente siglo. 

En un contexto de desregulación y creciente intermediación en el trabajo como el que se vive hoy en buena parte del mundo, el concepto weberiano de situación de mercado puede ser útil. En el sentido de permitirnos ubicar históricamente hechos como la destrucción de la negociación colectiva de los trabajadores o el desarrollo de empresas dedicadas a la intermediación de personal, por ejemplo. O como instrumento para repensar las posibilidades que los trabajadores tenemos de organizarnos en estos nuevos desiertos de la desregulación. 


BIBLIOGRAFÍA

Weber, M. (1993) Economía y Sociedad. Esbozo de sociología comprensiva. México: Fondo de Cultura Económica.

martes, 15 de septiembre de 2020

ELITES CORPORATIVAS: EL CASO MEXICANO

Según Julia Chardavoine 
(2020), los estudiosos sobre
las élites observan un auge de los managers (managerialización) y la emergencia de una élite transnacional. Cada vez más, los altos directivos no se seleccionan entre los herederos de las familias accionistas mayoritarias, sino entre managers, es decir, entre individuos con muchas credenciales y amplia trayectoria dentro de la misma empresa o en otras empresas; presentándose una separación entre la propiedad y el control. La autora se pregunta si México ilustra estas tendencias. 

Para dar respuesta a esta pregunta, Chardavoine -a través de un análisis minucioso de una base de datos- reconstruye el perfil sociodemográfico y trayectorias de 575 presidentes, directores generales y miembros de los consejos de administración de 15 empresas clasificadas en el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), entre 2000 y 2015. 

Aunque se echa en falta un análisis transversal en términos de género, la autora elabora unas tipologías según los recursos que legitiman el acceso de los sujetos a posición de poder: el fundador, el heredero, el manager, el administrador público y el profesional (individuos reconocidos por sus competencias en derecho, contabilidad o fiscalidad). 

Concluye, primero, que los managers en México no han suplantado a los dueños de las grandes empresas; el control se mantiene vía acreditación de los herederos, quienes acrecientan sus capitales cultural, social y simbólico en los grandes centros de formación empresarial a nivel global, reforzando de esta manera el capital económico heredado. 

Segundo, la internacionalización de las élites corporativas en México es inexistente. Ésta se presenta de manera velada vía trayectorias académicas, adelantadas en universidades de alto prestigio, especialmente estadounidenses. Y afirma: “Los líderes mexicanos tienen una trayectoria escolar mucho más elitista en Estados Unidos que los mismos líderes estadounidenses”, en este sentido hay una “americanización” de la formación y de la cultura corporativa (Chardavoine, 2020:588). 

Sin desconocer el trabajo minucioso realizado por la investigadora, sorprende la conclusión a la que llega cuando señala: “A raíz de nuestro estudio, podemos concluir que el capitalismo familiar en México ha podido resistir en un contexto económico internacionalizado y profesionalizado gracias a la apropiación por los herederos de los recursos legítimos de los managers, y la adición de un capital escolar e internacional elevado” (2020:590). Pero ¿de qué le sirve a las/os trabajadoras/es y a todos aquellos que acampan en la sociedad mexicana al borde de la exclusión social que los “delfines” -los herederos del capital- conserven el poder empresarial y político si no adelantan políticas que vayan en contravía de las estrategias neoliberales que caracterizan hoy por hoy a la gestión managerial? ¿Qué significa para la sociedad mexicana el que sus élites se “hayan tenido que adaptar” a un contexto de liberalización, internacionalización y competición, en donde los derechos laborales son socavados, la precarización y la injusticia estructural avanzan sin atajos, a la par que la representación sindical y social de los trabajadores languidece? Como suele ser -especialmente en México- este tipo de conclusiones, sin una reflexión crítica, alienta el nacionalismo y legitima las élites en el poder. 

Algunas universidades –con el más alto rating académico-, como portadoras de la “verdad” y del “saber”, forman y marcan las líneas estratégicas de acción de las élites, siendo un espacio de acrecentamiento de sus capitales simbólico, social y cultural. 

Cada vez más, el campo académico se desliga de una reflexión crítica sobre los resultados obtenidos en las investigaciones. Esto se observa en el apartado de las conclusiones de los artículos en donde suele haber un resumen de los hallazgos y no una vuelta a la teoría y/o una reflexión crítica. 


BIBLIOGRAFÍA 

Chardavoine, J. (2020). Las élites corporativas de México (2000-2015): dinámicas del capitalismo familiar.Revista Española de Sociología, 29 (3), 579-593.

lunes, 7 de septiembre de 2020

HACIA UN CONCEPTO SECULAR DE PERDÓN

Perdón y justicia transicional
En el marco de una justicia transicional,  el perdón
se ha configurado como uno de los actos indispennsables en los procesos de paz y de transición política. 

Rivas (2019) se pregunta si hemos expulsado la religión del espacio público. ¿Por qué hablar de perdón? ¿Existe una reflexión que vaya más allá de la tradición cristiana sobre el perdón? 

En esta pesquisa, se remonta a pensadores pre-socráticos y al mismo Sócrates, y concluye que dichas reflexiones no añaden un sentido filosófico del perdón antecedente al cristianismo (Rivas, 2019: 68). Hay que destacar que la tradición abrahámica demanda el perdón incondicional, gratuito, infinito, sin contrapartida para el culpable; junto con el perdón condicional proporcional al arrepentimiento y la transformación de quien de esta forma ya no es el culpable. 

En la época contemporánea, Rivas se detiene en la propuesta realizada por Hanna Arendt, quien destaca la posibilidad de la acción: 
“la facultad de perdonar y la facultad de prometer nos redimen respectivamente de la irreversibilidad y lo impredecible. Perdonar “sirve para deshacer los actos del pasado”. Sin ser perdonados nuestra capacidad para actuar quedaría “confinada a un solo acto del que nunca podríamos recobrarnos”. La facultad de perdonar depende de la pluralidad, presencia y actuación de otros, porque nadie puede perdonarse a sí mismo (Rivas, 2019: 134). 
Arendt parte de algunos textos evangélicos y plantea que el deber de perdonar nace porque los sujetos “no saben lo que hacen”; por ello, para que la vida prosiga (tanto para las víctimas como los victimarios) es indispensable eximir constantemente a los hombres de lo que han hecho sin saberlo. Esto requiere una acción no condicionada por el acto que la provocó y libre de sus consecuencias. 

En este sentido, la mayoría de las malas acciones no tienen un propósito perverso, sino que son movidas por el interés, la conveniencia, el afán de medrar, la cobardía, el ansia de poder, la codicia y similares; es decir, no hay una real intención de dañar al que sufre. Por ello, es posible el perdón e, igualmente, el que comete tales actos abominables puede cambiar e iniciar de nuevo (Pettigrove, 2019). 

Las reflexiones sobre el perdón están mediadas por el amor –propuesta de Jesucristo- y son un acto personal. En ese sentido, Arendt se distancia de ese carácter anti-político del perdón cristiano. Aborda el perdón desde la comunidad política basándose en la conexión de éste y la promesa con la condición humana de la pluralidad. Pluralidad en el sentido de que los seres humanos son al mismo tiempo miembros de la misma especie y diferentes unos de otros. El carácter plural sería el rasgo ontológico clave de la existencia humana. 

La apelación al perdón se orienta a redimir la sociedad de la violencia, es una postura en contra la devastación de la sociedad después del ejercicio de la violencia, en especial del totalitarismo. En este sentido, según Pettigrove (2006, citado por Rivas, 2019) Arendt se distancia de la discusión contemporánea del perdón centrada en las emociones experimentadas al perdonar, y propone centrar la atención en las actividades que se llevan a cabo al perdonar. 

Centrar el perdón en las emociones supone una salida muy personal, muy individual. Por tanto, no puede ser realmente común y en ese sentido carece de relevancia en la comunidad política. Por ello, destaca los elementos de la acción de perdonar. Cuando se invoque que una comunidad puede ofrecer su perdón a otra comunidad que le causó daño, no se refiere a un sentimiento o emoción colectiva de la comunidad agredida. Más bien, se trata del compromiso de establecer una relación al margen del daño causado. Tal relación se concretará en determinadas políticas públicas que demuestren esa voluntad de que las ofensas pasadas no establezcan las condiciones de las relaciones futuras (Rivas, 2019:136). 

Para Smith (1971) esta posición de Arendt es limitada e ilusoria, además de tener consecuencias inaceptables. Si se perdona en consideración a quien cometió la ofensa y no a la ofensa en sí, es necesario compartir con el ofensor la misma condición de debilidad. Y así el perdón político no es una posibilidad genuina en la sociedad moderna. 

Finalmente concluye: la pesquisa “muestra a las claras la inexistencia de una noción de perdón al margen de la que se ancla en una determinada doctrina religiosa. De ahí la incapacidad de nuestro imaginario para explicar el perdón” (2019:141). 

A pesar de no haber claridad conceptual sobre el perdón en el ámbito secular, la justicia transicional lo contempla ligado a actos o procesos de reparación, de restitución, de justicia, de no repetición y de no olvido. Actos que involucran a las comunidades y a la sociedad en su conjunto, y por tanto van más allá de lo personal, de lo emotivo, de ahí la importancia de continuar reflexionando en las preguntas planteadas por Rivas ¿Es posible pensar el perdón distante de los relatos religiosos o individuales? 

¿Debemos abocar el perdón desde una acción racional de carácter instrumental? Desde el egoísmo, que busca huir del sufrimiento, de los horrores internos que habitan a las víctimas. No se puede vivir permanentemente en la oscuridad del odio, sin la posibilidad de reconocerse en el otro, aunque sea desde el marco de la comprensión de su situación. Y, a su vez, no se puede vivir eternamente con el peso asfixiante de la vergüenza. Pero, sería un acto personal, anti político. O tal vez ¿Deberíamos reflexionar el perdón desde la responsabilidad de construirnos como una sociedad cada vez más humana? Una sociedad que aspira a reconciliarse, debe abordar el perdón, pero ¿qué lo legitima, desde una ética secular? 


BIBLIGRAFÍA 

Arendt, H. 1993, La condición humana,Paidos, Barcelona, 1993. 

Pettigrove, G., 2006, Hannah Arendt and Collective Forgiving. Journal of Social Philosophy 37 (4) (2006), pp. 486-487. 

Rivas, P., 2019, Acerca de un posible sentido secular del perdón. Persona y derecho / vol. 80 / 2019/1 / 123-143 123. 

Smith, R. W., 1971, Redemption and Politics, Political Science Quarterly 86 (2) (1971).

lunes, 31 de agosto de 2020

TRABAJO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Teletrabajo y Covid-19
En estos tiempos de pandemia, los conversatorios
como forma de comunicación y reflexión sobre los que acontece y preocupa socialmente está siendo el dispositivo más usado no sólo por las instituciones educativas sino por aquellas organizaciones vinculadas a la lucha social. En esta oportunidad queremos señalar el trabajo realizado desde hace varias décadas por la Escuela Nacional Sindical, en Colombia. El pasado 17 de julio presentó el conversatorio sobre El futuro del trabajo en tiempos de pandemia. En dicho encuentro tuvimos la oportunidad de escuchar a varios estudiosos sobre el tema. 

Julio César Neffa llama la atención, primero, sobre cómo en estos tiempos se recurre al Estado para salvar al capitalismo; y segundo, destaca la ampliación del trabajo a través de grandes plataformas ante la desindustrialización acelerada por la pandemia. 

Las nuevas tecnologías son la base sobre las cuales se configuran las nuevas formas de trabajo como es el teletrabajo. Un trabajo a distancia, remoto y conectado. Se desvanece la tradicional división entre trabajo y vida privada; y la propiedad de los medios de producción al ser el trabajador quien aporta –en muchas ocasiones- sus dispositivos tecnológicos y asume los costes indirectos ligados al trabajo (equipamiento del puesto de trabajo, energía, luz y limpieza). Emerge la oficina móvil desligada del espacio físico; y la comunicación a través de la nube permite almacenar información de manera casi ilimitada. 

Desaparece el tiempo de desplazamiento a la vez que aumenta de manera importante la intensidad y el tiempo de trabajo. El trabajo por proyectos o por objetivos flexibiliza los tiempos en pos de los resultados. A la vez que existe la sensación de una enorme soledad por parte del trabajador, el cual debe dar cuenta sobre resultados sin contar con el apoyo de los compañeros. Mientras los riesgos laborales se acrecientan: la fatiga, el cansancio mental y las malas posiciones físicas pueden estar en el origen de otras enfermedades. 

Según Neffa, el teletrabajo no desaparecerá, adquirirá nuevas formas. Con ventajas para las empresas: reducción del tamaño de las empresas, del capital fijo y de los gastos de funcionamientos (administrativos, telefonía, energía, agua, etc.); de las tasas de absentismo y de bajas por enfermedad; y de pago de horas extra. A la par que se alargan las jornadas laborales e intensifica el trabajo, se eleva la productividad y se sofistican los sistemas de control, vía tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s). 

Por su parte, los trabajadores reivindican la ausencia de tiempo de desplazamiento; el distanciamiento de espacios tóxicos; la posibilidad de compatibilizar mejor el trabajo con las tareas del hogar; y el interés por ampliar el tiempo de ocio. 

Mientras, en el hogar se abren nuevos espacios de conflicto y negociación con el riesgo de ampliar la desigualdad entre hombres y mujeres. Se desvanecen las fronteras entre ocio, trabajo, privacidad e intimidad. El uso de la TIC´s convierte el hogar en un lugar de disputa por los recursos y por el espacio, en los cuales quedan atrapados todos los miembros de la unidad familiar, contribuyendo a extender la jornada de trabajo. 

Todo ello demanda, según el ponente, la regularización del teletrabajo, el cual debe ser voluntario y libre, con derecho a la reversión. Destaca que los teletrabajadoras/es deben gozar de los mismos derechos de los trabajadoras/es presenciales a la par que se deben transferir al capital los costes de producción asumidos por el trabajador. Además de gozar de un sistema de seguridad laboral, en el cual deben ser facilitados los medios (sillas, escritorios, equipos, etc.), contemplando aspectos ergonómicos. 

Neffa afirma que es probable que se dé inicio a un régimen mixto: casa y oficina. Desde nuestro punto de vista, el teletrabajo o su asunción de manera mixta puede ser una oportunidad para las y los trabajadoras/es, por ello debe ser regulado a la par que debe plantearse nuevas formas de lucha colectiva por un trabajo digno, mediadas por el proceso de digitalización. 

También señala que se ha precarizado el empleo, al emerger con mayor fuerza el trabajo autónomo y el trabajo negro o informal, vía las grandes plataformas (como Uber). Esto individualiza el trabajo, a la par que debilita el margen de acción sindical, y las condiciones y seguridad en el trabajo. 

Por motivos de formato de nuestro blog, invitamos a escuchar el conversatorio con Carlos Celis y Ruth Quevedo. Celis llama la atención sobre cómo las TIC´s afectan el trabajo y al conjunto de las relaciones sociales, al condicionar el tiempo y el espacio que habitamos, la familia y las relaciones de amistad. Demanda la construcción de una amplia plataforma política que vaya más allá de las organizaciones sindicales, para reivindicar: la automatización plena pero sobre la base de otro tipo de relaciones sociales; la redistribución del ingreso y el tiempo; y la politización de la enfermedad. En fin, invita a repensar la sociedad, a luchar por evitar que la economía defina en qué sociedad queremos vivir. 

Mientras, Quevedo llama la atención sobre la necesidad de reflexionar sobre la economía popular; la urgencia de construir una alianza público/comunitaria, público/popular. Ante el avance de la precariedad del trabajo y el crecimiento desmesurado del trabajo informal o en negro, es necesario ahondar en las identidades que se tejen en dichos espacios. Identidades que se construyen a través de vínculos como el cuidado y la solidaridad; de ahí la necesidad de construir lazos entre los trabajadores de la economía formal e informal. 


BIBLIOGRAFÍA 

Escuela Nacional Sindical, Julio 17 de 2020, El futuro del trabajo y los efectos de la pandemia. Participan: Julio César Neffa, Carlos Celis y Ruth Quevedo. Moderador: Alberto Orgulloso. 

https://www.facebook.com/escuelanacionalsindicalcolombia/videos/280156266580121

domingo, 23 de agosto de 2020

ENCRUCIJADAS, REVISTA CRÍTICA Y NECESARIA DE CIENCIAS SOCIALES

Hemos citado y nos hemos referido varias veces a 
Portada del último número de Encrucijadas
Encrucijadas. Publicación que, como señala 
su nombre, se ubica en el necesario espacio de ser una revista crítica de ciencias sociales. Y lo hace en la práctica, por diversas razones:

Por poner la imaginación sociológica encima de la mesa. Un trabajo experimental y creativo como “Un grupo sobre grupos de discusión” (Requena et al, 2016) repiensa la ciencia social en su dinámica histórica. Como una práctica determinada por los cambios culturales, académicos o económicos.

Por su interinstitucionalidad, pues es una publicación independiente formada por profesionales de las ciencias sociales de un conjunto de entidades y campos diferentes. Ello permite romper con muchos de los clichés institucionales que encorsetan el trabajo de difusión de trabajos metodológicos y de investigación. 

Por publicar productos de investigación que ponen en cuestión las prácticas de investigadores e instituciones de alta reputación. La publicación de la transcripción de la entrevista a una encuestadora del CIS, comentada en este blog, supuso una aportación crítica al llamado ethos burocrático. 

Por publicar artículos que, alejándose de patrones editoriales al uso, contribuyen a generar discurso a partir de trabajos de investigación realizados. Un ejemplo de ello fue la publicación del excelente artículo de Enrique Martín Criado (2018) sobre juventud y educación que ya destacamos en este blog. 

Encrucijadas se edita dos veces al año (mayo y noviembre) en números temáticos y cuenta con un proceso de evaluación por pares. Para solicitar la publicación de un trabajo, el proceso se inicia con el registro en la revista


BIBLIOGRAFÍA 

Martín Criado, E. (2018) Juventud y educación: cuestión de clase. En: ENCRUCIJADAS. Revista Crítica de Ciencias Sociales || Vol.15, 2018, r1501. 

Pasadas, Sara, Font, Joan, Camas, Francisco, Ferreras, Marisa, de Zárraga, José Luis y Rafael Ibañez (2017) Los métodos y técnicas de las ciencias sociales ante los procesos electorales. En: Encrucijadas. Revista crítica de ciencias sociales. Vol. 13. 

Requena, M. (coord.); Fernando Conde; Javier Callejo; Enrique Martín Criado; J. Manuel Rodríguez Victoriano; Paula Martínez; Araceli Serrano; Gomer Betancor; Luis Enrique Alonso; David Prieto; Marc Barbeta; Carlos Pereda; Miguel Ángel de Prada (2016) Un grupo sobre el grupo de discusión. Entre la lógica instrumental y el eterno retorno a la sociología critica. En: Encrucijadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales, vol. 12.