El logístico es un sector que no ha parado de crecer pero que no despierta excesivo interés por parte de los investigadores. Tradicionalmente se ha asociado al despliegue de tecnologías en la gestión de la cadena de suministro (“supply chain management”) con los avances del sector.
Pero, como señalan Carlota Benvegnú y David Gaborieau (2021),
la logística no es sólo resultado de la desindustrialización. También se han
dado una serie de cambios que caracterizan y van ligados al crecimiento de este
sector:
En primer lugar, un proceso de intensificación del trabajo
ligado a las herramientas informáticas utilizadas y a procesos de
individualización y temporalidad aplicados a la mano de obra.
En segundo lugar, demandas de flexibilidad. Tanto horaria (en forma de horas extraordinarias y desarrollo de turnos de noche) como salarial (complementos de productividad) o contractual (alto porcentaje de contratos temporales). Además del fuerte nivel de subcontatación dado en la actividad.
En tercer lugar, el sector se ha configurado como un lugar
con un nivel muy bajo de cualificación necesaria para acceder a la inmensa
mayoría de los puestos ofertados. Esto está relacionado con el manejo del área
de preparación de los pedidos (los llamados “pickers”), al estilo de la
producción en cadena que se daba en la industria manufacturera: tareas
repetitivas y ausencia de autonomía ligadas a la automatización del trabajo.
Por todo ello, coincidimos con los autores en señalar que
procesos de invisibilidación y desplazamiento del trabajo han determinado el
rumbo del sector logístico.
BIBLIOGRAFÍA
Benvegnú, C. y Gaborieau, D. (2021) La producción fluida. El almacén como forma logística en la nueva era industrial. En: Arxius de sociologia, 43 2021: 109-115. |
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