apoyaremos en el artículo de Moreno y Bruquetas (2016) sobre capital erótico como capital cultural, considerado como el mejor artículo publicado en dicho año por la Revista Internacional de Sociología (CIS).
Catherine Hakim desestima el papel que tienen el capital económico, el cultural y el social para la incorporación del capital erótico; plantea que éste depende en buena medida del azar biológico. Por un lado, sostiene que este último desafía las jerarquías sociales y culturales, en la medida en que le permite a los sujetos acceder al resto de capitales. Por otro lado, plantea que la estigmatización social sobre el beneficio de la belleza corporal, impide que las mujeres tomen conciencia de su potencial en el mercado erótico y usen instrumentalmente su cuerpo para retar las jerarquías sociales, en especial aquellas con escasísimos recursos económicos, sociales y culturales. Por ello propone romper todo tabú y trabajar en la incorporación del capital erótico desde la infancia. Aspecto este último muy polémico, en especial desde el campo feminista.
Desde el paradigma de Hakim, el capital erótico posee seis características:
“El capital erótico no es idéntico a la belleza física (primer elemento), aunque ésta puede ser una parte integrante del mismo. Con ciertos límites, la belleza varía con las culturas y los periodos históricos. Pero la existencia de "feas atractivas" muestra que el esfuerzo permite escapar a la maldición de la naturaleza: de ahí la posibilidad y la legitimidad del trabajo estético (…). Un segundo elemento consiste en el atractivo sexual. Mientras la belleza es fotogénica, el atractivo sexual es cinematográfico y nace del aura generada por el cuerpo en movimiento. El tercer elemento deriva de la capacidad para atraer a los demás por medio del don de gentes. El cuarto elemento procede de la vitalidad y, sobre todo, del tono corporal y la buena forma física. El quinto elemento deriva de la inversión en ropa y abalorios. (…). En cualquier caso, dominar los contextos y las distintas maneras de presentarse ayuda a revalorizar el capital erótico. El sexto componente es la habilidad sexual propiamente dicha” (Moreno y Bruquetas, 2016)
Dada la pluralidad de dimensiones, el capital erótico es un rasgo central de la personalidad del individuo, el cual va más allá de la apariencia.
Desde una perspectiva bourdiana Moreno y Bruquetas centran la crítica al modelo de Hakim en cinco aspectos: 1) Un capital excluyente. 2) Costes afectivos del capital erótico. 3) Un maquiavelismo ineficaz 4) Una plasticidad limitada. 5) Los “circuitos de Zelizer” corporales. Además, plantean que la incorporación, objetivación e institucionalización del capital erótico demanda el soporte de otros capitales (capital económico, capital cultural y capital social).
Os invitamos a reflexionar y explorar estos nuevos campos de conocimiento que no están exentos de disputa social por su conceptualización y asunción social tanto por mujeres como por hombres.
BIBLIOGRAFÍA
Hakim, C. (2012) Capital erótico. El poder de fascinar a los demás. Barcelona: Debate.
Moreno Pestaña, J. L. y C. Bruquetas Callejo. (2016). "Sobre el capital erótico como capital cultural". RIS, 74 (1): e024. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2016.74.1.024
Catherine Hakim desestima el papel que tienen el capital económico, el cultural y el social para la incorporación del capital erótico; plantea que éste depende en buena medida del azar biológico. Por un lado, sostiene que este último desafía las jerarquías sociales y culturales, en la medida en que le permite a los sujetos acceder al resto de capitales. Por otro lado, plantea que la estigmatización social sobre el beneficio de la belleza corporal, impide que las mujeres tomen conciencia de su potencial en el mercado erótico y usen instrumentalmente su cuerpo para retar las jerarquías sociales, en especial aquellas con escasísimos recursos económicos, sociales y culturales. Por ello propone romper todo tabú y trabajar en la incorporación del capital erótico desde la infancia. Aspecto este último muy polémico, en especial desde el campo feminista.
Desde el paradigma de Hakim, el capital erótico posee seis características:
“El capital erótico no es idéntico a la belleza física (primer elemento), aunque ésta puede ser una parte integrante del mismo. Con ciertos límites, la belleza varía con las culturas y los periodos históricos. Pero la existencia de "feas atractivas" muestra que el esfuerzo permite escapar a la maldición de la naturaleza: de ahí la posibilidad y la legitimidad del trabajo estético (…). Un segundo elemento consiste en el atractivo sexual. Mientras la belleza es fotogénica, el atractivo sexual es cinematográfico y nace del aura generada por el cuerpo en movimiento. El tercer elemento deriva de la capacidad para atraer a los demás por medio del don de gentes. El cuarto elemento procede de la vitalidad y, sobre todo, del tono corporal y la buena forma física. El quinto elemento deriva de la inversión en ropa y abalorios. (…). En cualquier caso, dominar los contextos y las distintas maneras de presentarse ayuda a revalorizar el capital erótico. El sexto componente es la habilidad sexual propiamente dicha” (Moreno y Bruquetas, 2016)
Dada la pluralidad de dimensiones, el capital erótico es un rasgo central de la personalidad del individuo, el cual va más allá de la apariencia.
Desde una perspectiva bourdiana Moreno y Bruquetas centran la crítica al modelo de Hakim en cinco aspectos: 1) Un capital excluyente. 2) Costes afectivos del capital erótico. 3) Un maquiavelismo ineficaz 4) Una plasticidad limitada. 5) Los “circuitos de Zelizer” corporales. Además, plantean que la incorporación, objetivación e institucionalización del capital erótico demanda el soporte de otros capitales (capital económico, capital cultural y capital social).
Os invitamos a reflexionar y explorar estos nuevos campos de conocimiento que no están exentos de disputa social por su conceptualización y asunción social tanto por mujeres como por hombres.
BIBLIOGRAFÍA
Hakim, C. (2012) Capital erótico. El poder de fascinar a los demás. Barcelona: Debate.
Moreno Pestaña, J. L. y C. Bruquetas Callejo. (2016). "Sobre el capital erótico como capital cultural". RIS, 74 (1): e024. doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2016.74.1.024
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