Una de las
expresiones de la naturalización, que atribuye los hechos sociales a
causas naturales, es el determinismo genético. Considerar
que cualquier problema social está causado por tendencias genéticas
individuales de los protagonistas del mismo; o que el éxito o el fracaso en las
instituciones (conseguir un buen trabajo, obtener determinadas calificaciones
académicas, por ejemplo) dependen únicamente de la dotación genética de los
individuos.
De esta manera,
las sociedades se comparan entre sí por el contenido genético de sus
ciudadanos, los problemas sociales se psicologizan y, sobre todo, se desconocen los efectos que la socialización, las estructuras
sociales o los mecanismos de estratificación y exclusión,
entre otros procesos, tienen en los hechos sociales.
En 1984, Lewontin,
Rose y Kamin escribieron “No está en los genes”, que pone en tela de juicio la
llamada sociobiología, que trataba la naturaleza y el comportamiento humano a
partir de la selección natural. Analiza también el papel de la ideología en las
llamadas ciencias naturales.
REFERENCIAS
R. C.
Lewontin; S. Rose; L. J. Kamin
(2009) No está en los genes. Racismo, genética e ideología. Barcelona:
Editorial Crítica.
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