El uso de ATLAS.ti ofrece productividad en el trabajo de análisis cualitativo, pero debemos evitar hacer un mal uso del mismo.
Como señala Miguel Vallés en “Técnicas Cualitativas de Investigación social” (2003, p. 399), existen una serie de prácticas contrarias al buen hacer en investigación cualitativa: la primera, que el investigador/a espere que el paquete informático le conduzca por el proceso de análisis; la segunda, que el el investigador "organice" el proceso de análisis alrededor de las rutinas que facilita el programa; la tercera, que el programa, de siervo, pase a amo; y la cuarta, quedarse en la mera fragmentación del texto en unidades mínimas.
Para eludir dichas malas prácticas, es necesario partir de la idea de que ATLAS.ti es únicamente una herramienta de apoyo. Sin unos objetivos de investigación bien definidos, unas categorías de análisis adecuadas para la temática a investigar y sin una buena inmersión en el texto, será casi imposible desarrollar un buen trabajo de investigación cualitativa, por mucho énfasis que le demos al uso del programa.
La clave es evitar que el método se convierta en objeto. Impedir a toda costa posiciones cercanas a “esperar a ver qué nos bota ATLAS.ti”. En lugar de ello, hacer un uso desmitificado del programa.
Hace falta una reflexión sobre el trabajo, los derechos humanos, el planeta. Mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hay una sociología necesaria. Un lugar de encuentro acerca de métodos de investigación, herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinar. Una ventana para reflexionar realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en tratamiento de información.
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