En la anterior entrada de nuestro blog, reflexionábamos sobre cientificismo y determinismo tecnológico respecto a educación y empleo. Hoy nos referimos a un caso similar, esta vez en el marco de la relación entre revolución digital y empleo.
Asistimos a la transmisión online de la conferencia que Ryan Avent, especialista en historia económica y experto en cambios tecnológicos dio en Madrid el pasado 22 de Marzo. Nos interesó el concepto de paralelismo entre la revolución industrial de siglos pasados y la revolución digital que vivimos en la actualidad (Avent, 2017). Señaló que este tipo de revoluciones tecnológicas suponen ciclos largos, en los que la posición de los actores implicados puede evolucionar en el tiempo. Ponía el ejemplo de los movimientos obreros que quemaban máquinas en el siglo XIX y cómo posteriormente las sociedades se adaptaron a los cambios con el surgimiento del estado del bienestar.
La conferencia tenía un carácter académico y no vimos afirmaciones como las que leemos esta semana en una entrevista de carácter periodístico.
En dicha entrevista, publicada por el periódico El Mundo con fecha del pasado Jueves 6 de Abril y que lleva como título “Ryan Avent: Para competir con las máquinas hay que aceptar salarios más bajos", el referido autor señala lo siguiente:
“(…) Y el único modo en el que las personas pueden competir con las máquinas es aceptando salarios más bajos, de manera que haga menos atractivo a las empresas llevar a cabo inversión en tecnología que pueda reducir empleos. Si los empleados no cuestan mucho, puede que se lo piensen dos veces antes de invertir en el último grito en inteligencia artificial”.
Poner en relación los salarios de los trabajadores con procesos de automatización supone una absoluta mercantilización del trabajo y la negación de que el trabajo puede regularse políticamente en esta revolución digital, como también fue regulado en la pasada revolución industrial.
Efectivamente, pese a las profecías que tanto ayudan a difundir un discurso empresarial determinado, se puede regular políticamente la negociación colectiva, las horas de trabajo y, por supuesto, los salarios. Es difícil comprender cómo el mismo Ryan Avent que habla del paralelismo entre ambas revoluciones incurra ahora en un vaticinio tan cientificista y mercantilizante.
REFERENCIAS
Avent, R. (2017) La riqueza de los humanos. El trabajo en el siglo XXI. Barcelona: Ariel.
Hace falta una reflexión sobre el trabajo, los derechos humanos, el planeta. Mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hay una sociología necesaria. Un lugar de encuentro acerca de métodos de investigación, herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinar. Una ventana para reflexionar realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en tratamiento de información.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario