Un primer elemento importante del libro es que contextualiza el consumo más allá de las transacciones de compra y venta de bienes y servicios. El objeto de estudio es el universo social en el que se registra la actividad diaria, escenario de la intersubjetividad y de la percepción de la realidad histórica.
Un segundo elemento es el concepto de deseo y de producción para el deseo. El deseo se construye culturalmente a través de la creación de necesidades (aspiraciones) que trabajan el inconsciente de los individuos, al tiempo que individualizan.
Y un tercer elemento es la simbólica de la distinción. La lógica del consumo puede responder más a criterios de demostración de estatus que a la satisfacción de necesidades dadas en la mayoría de la población.
El trabajo se sitúa también en el proceso de industrialización dado en la España de los 60. Una sociedad española que "ingresa en la era del consumo con retraso y modestia en los primeros años sesenta, tras el Plan de Estabilización con el que el franquismo quería entrar en el universo económico de Occidente".
Mediante el análisis de la publicidad, los autores desarrollan el nacimiento de una incipiente sociedad de consumo a partir de los tres elementos señalados.
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