En una entrada anterior nos referíamos al “empresario de sí mismo” de Foucault, una suerte de empresa permanente y múltiple (Foucault, 2008, 277).
En relación con este empresario de sí mismo, estamos viviendo la aparición de un nuevo concepto: el intraemprendedor, que es un asalariado que emprende dentro de su propia ampresa. Los medios de comunicación y el nuevo management lo presentan como un tipo ideal en el que puede proyectarse cualquier empleado (Santos Ortega y Muñoz-Rodríguez, 2018).
Esta figura puede ser vista desde muchas miradas: extensión de la subjetividad en una empresa post-fordista, reflejo de la creciente mercantilización del trabajo o retórica con espíritu misionero, entre otras.
Lo que puede ser pertinente preguntarse es si el intraemprendedor tiene cabida en la burocracia empresarial actual o si se trata de otro canto a la grandeza de la innovación en la empresa actual. Santos Ortega y Muñoz-Rodríguez (2018, p. 300) plantean que, según encuestas españolas, hay más intraemprendedores a los ojos de los empresarios que a los ojos de los trabajadores.
BIBLIOGRAFÍA
Foucault, M. (2012) El nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collège de France, 1978-1979, Buenos Aires: FCE, 2012.
Santos-Ortega, A. y Muñoz-Rodríguez, D. (2018) ¿Qué es esa cosa llamada intraemprendedor? Gestión del trabajo en el capitalismo cognitivo y concepciones emprendedoras. En: Cuad. relac. labor. 36(2) 2018: 285-303
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