social”, los investigadores proponen adelantar metodologías complementarias a los cuestionarios como es el uso de la entrevista naif o “faux naif”.
El nombre fue acuñado por la forma particular de realizar entrevistas de Louis Theroux, un reconocido presentador norteamericano de la BBC2. Su estilo relajado y tranquilo en el momento de entrevistar, basado en preguntas iniciales abiertas y generales, orientadas a generar en un primer momento confianza en el entrevistado para, posteriormente, a través de preguntas más directas y rápidas, incitarle a explicar sus creencias sin que éste sienta que está siendo atacado o presionado.
La habilidad del entrevistador consiste en identificar cualquier debilidad en los argumentos del entrevistado, presionando sutilmente a que contra-argumente, a que explique sus acciones; pero sin hacerle sentir que está siendo juzgado, ni ridiculizado. Desde una perspectiva inocente y gentil, el entrevistador se muestra abierto a escuchar posiciones consideradas “social o políticamente incorrectas”, sin que ello suponga que las comparta. Es el caso de posiciones xenófobas, homófobas, racistas, fascistas o autoritarias, en el marco de sociedades democráticas.
La entrevista naif se aborda desde una perspectiva reflexiva, procura que los sujetos de manera relajada desarrollen toda la narrativa de la historia; apoyándose para ello en la asunción de una actitud de escucha acompañada de un lenguaje corporal abierto e inclusivo, lo cual lleva a que los sujetos hablen con franqueza y tranquilidad.
Como toda entrevista, supone una gran habilidad, sensibilidad, preparación y agilidad mental por parte del entrevistador/investigador para traspasar las barreras construidas por los discursos orientados a generar deseabilidad social, es decir, a no expresar lo que realmente se piensa, se valora y se actúa.
El nombre fue acuñado por la forma particular de realizar entrevistas de Louis Theroux, un reconocido presentador norteamericano de la BBC2. Su estilo relajado y tranquilo en el momento de entrevistar, basado en preguntas iniciales abiertas y generales, orientadas a generar en un primer momento confianza en el entrevistado para, posteriormente, a través de preguntas más directas y rápidas, incitarle a explicar sus creencias sin que éste sienta que está siendo atacado o presionado.
La habilidad del entrevistador consiste en identificar cualquier debilidad en los argumentos del entrevistado, presionando sutilmente a que contra-argumente, a que explique sus acciones; pero sin hacerle sentir que está siendo juzgado, ni ridiculizado. Desde una perspectiva inocente y gentil, el entrevistador se muestra abierto a escuchar posiciones consideradas “social o políticamente incorrectas”, sin que ello suponga que las comparta. Es el caso de posiciones xenófobas, homófobas, racistas, fascistas o autoritarias, en el marco de sociedades democráticas.
La entrevista naif se aborda desde una perspectiva reflexiva, procura que los sujetos de manera relajada desarrollen toda la narrativa de la historia; apoyándose para ello en la asunción de una actitud de escucha acompañada de un lenguaje corporal abierto e inclusivo, lo cual lleva a que los sujetos hablen con franqueza y tranquilidad.
Como toda entrevista, supone una gran habilidad, sensibilidad, preparación y agilidad mental por parte del entrevistador/investigador para traspasar las barreras construidas por los discursos orientados a generar deseabilidad social, es decir, a no expresar lo que realmente se piensa, se valora y se actúa.
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