Es muy interesante la reflexión de Echeverría (2002, p. 8) en el sentido de establecer diferentes dimensiones de la cualificación: además de una dimensión individual, que tiene que ver con los individuos, que adquieren y poseen unos determinados conocimientos; existe una dimensión estructural de la cualificación, que depende de las políticas formativas y de la globalización de los mercados de trabajo; y, por otro lado, una cualificación institucional que tiene que ver con el sistema de acreditación existente en un determinado entorno (p. 8).
Se dice que las nuevas formas de organización del trabajo requieren capacidades de gestión, capacidades de relacionales, de cooperación, trabajo en equipo, énfasis en los procesos, etc.
Estos elementos configuran un enfoque holístico de las competencias, que otorga más importancia a las funciones desempeñadas por los trabajadores/as que a los puestos de trabajo asociados a las tareas que se realizan. Un enfoque que insiste en el contexto en que se realizan esas funciones y no únicamente en los perfiles individuales de las trabajadoras/es.
Echeverría (p. 17) define la competencia de acción social como una mezcla de saber (saber y saber hacer) y sabor (saber estar y saber ser). Entendida también como la capacidad para movilizar los saberes.
BIBLIOGRAFÍA
Echeverría, B. (2002) Gestión de la competencia en acción profesional. En: Revista de Investigación Educativa, Vol. 20, nº 1, pp. 7-43
Hace falta una reflexión sobre el trabajo, los derechos humanos, el planeta. Mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hay una sociología necesaria. Un lugar de encuentro acerca de métodos de investigación, herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinar. Una ventana para reflexionar realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en tratamiento de información.
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