El mundo del trabajo está cada vez más repleto de eufemismos. El término eufemismo, según la Real Academia Española, equivale a la "manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante". Algunos de ellos pueden ser flexiseguridad o el
llamado contrato indefinido temporal.
El último que hemos conocido es el concepto de free work,
que hace referencia a nuevas formas de trabajo asociadas con la libertad, el talento, la
creatividad y la emotividad. Por oposición a la teoría marxista, que planteaba
que trabajo y libertad eran polos opuestos y que la liberación de los seres humanos
se haría a través de la liberación del trabajo (Marx, 1975-1971, citado por
Ingellis, 2019).
Una "libertad" que se apoya en los conceptos de placer, pasión, talento o creatividad
en el ejercicio de la actividad profesional (Beverungen et al., 2013: 1). Que
se opone al trabajo como "deber". Y una emotividad que puede tener consecuencias
diferentes de la libertad: poner la vida personal al servicio del trabajo o
exponer la estabilidad laboral a los vaivenes del mercado.
¿Hemos
sido los científicos sociales alguna vez víctimas del concepto de free work?
¿Qué podemos hacer para amar nuestra profesión sin tener que convertirnos en
free workers? O ¿qué cautelas debemos establecer para minimizar los daños?
BIBLIOGRAFÍA
Beverungen, A., Birke, O., Spoelstra, S. and Kenny, K. (2013) En: Free work. Ephemera vol. 13(1): 1-9
Ingellis, A. G. (2019) Poner el trabajo al servicio de un proyecto de vida: estrategias contra la precariedad. En: Papers 2019, 104/4, pp. 741-767.
Marx, K. (1975-1981). El capital. Crítica de la economía política. Madrid: Siglo XXI.
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