Caballero, Martín y Villasante (2019)
abren un debate sobre metodologías de Investigación Acción Participativa (IAP),
metodologías activistas, socio-análisis, socio-praxis, etc. y realizan una
propuesta denominada “Un proceso de ocho saltos”.
Desde una perspectiva marxista se
plantea que el conocimiento tiene sentido en tanto esté ligado a la praxis, a
la práctica social, a la transformación de la realidad; pero dicha
transformación pasa por la articulación y reflexión colectiva con y de los actores
sociales.
Se deja de lado la discusión sobre las
técnicas metodológicas, las cuales son consideradas todas pertinentes en tanto
impliquen a los propios sujetos en su diseño, desarrollo y evaluación del
proyecto. El paradigma, la posición ética de que parte el investigador, es lo
relevante, en cuanto asume a los sujetos investigados como sujetos-objeto. Si
bien,
“epistemológicamente
es aceptar una táctica asimétrica (partir de lo que hay: expertos, promotores,
bases), para una estrategia de mejor simetría (siempre relativa), cerrar
contrastes entre sectores diferentes (precisar las contradicciones entre grupos
y con las bases, triángulos de relaciones en las comunidades), para abrir la
re-construcción de la red existente (negociar, participar, etc.)” (Villasante,
1994: 416).
Desde la socio-praxis proponen un
enfoque diferencial a través de ocho saltos señalando los tipos de acciones
a precisar y los productos a conseguir. A continuación los esbozamos
brevemente:
Primer salto: La auto-reflexión del equipo y del grupo motor. Este supone, entre
otros aspectos, una fase de formación-acción a través de técnicas (deriva,
transectos, sociodrama, juego de rol, línea del tiempo, etc.) para contar con
la percepción, experiencia, expectativas e historia de acción de diversos
colectivos. Además, es necesario abandonar los prejuicios sobre determinados colectivos,
el reto es incluir a todos. Es una propuesta inclusiva, cuanto más heterogéneos
sean los grupos mejor.
Es importante crear una Comisión de
Seguimiento, conformada por personas de la administración y portavoces de la
población. Pero siempre de abajo hacia arriba.
Enfoque: ¿Quién observa al
observador? Acción: Desde fuera del equipo o con dispositivos de
auto-reflexión. Producto: auto-limitación de algunos prejuicios para sesgar
menos el proceso (2019: 30).
Segundo salto: la negociación inicial y el plan de trabajo. Con los grupos se
determinan los objetivos, tiempos totales, metodologías, condiciones de
recursos, seguimiento, etc. Se da paso a la constitución de un grupo como
potencia a uno con capacidad para desarrollar recursos y potencialidades para
organizarse. Sin desestimar que “el apego emocional y el apoyo mutuo es el
pegamento entre el grupo base (afectivo) y el grupo de trabajo (de tarea)”.
Enfoque: Construcción colectiva
desde las instancias iniciales. Acción: Constitución de Comisiones de
Seguimiento y de Grupos Motores. Producto:
Concretar la metodología al caso, y plan
de dinamización (2019:31).
Tercer salto: Mapas estratégicos
y conjuntos de acción. Se propone
elaborar un mapeo estratégico, un mapeo
de relaciones entre los actores o un socio-grama con conjuntos de acción. Considerando
el poder, los intereses, la afinidad y la base en que se sustentan las
diferencias en pos de construir acciones pertinentes y elaborar alianzas o
estrategias participativas, colocando especial interés en buscar -para incluir-
aquellos grupos no afines.
Enfoque: Reconocer la complejidad de relaciones en los entramados sociales (clase,
afinidad cultural, organización, miedos y confianzas). Acción: mapeo estratégico o
sociograma. Producto: Muestra relacional y “conjuntos de acción” para alianzas
viables en el proceso (
2019:31).
Cuarto salto: Escuchar más allá de los dilemas dominantes. Se propone una escucha activa con “multi-lemas” que vaya más allá de
las rencillas, intereses diferentes, desencuentros y desconfianzas existentes
en los grupos. De ahí la importancia de preguntar y reflexionar sobre los “por
qué” y “para qué”.
Enfoque: Superar algunos dilemas superficiales que dice la gente, queriendo quedar bien
(no suelen revelar posiciones ocultas). Acción: Talleres para la devolución de
las posturas diferenciadas con multi-lemas. Producto: Deliberación de posiciones
discursivas por los protagonistas y profundización en causas y en vías
superadoras (2019:32).
Quinto salto: Coproducir con talleres de creatividad social.
Esta actividad puede realizarse después de varios meses o al año de iniciado el proceso.
Enfoque: Reflexividad de "segundo grado" con la gente implicada, que se replantea los
primeros síntomas para pasar a problemáticas mucho más profundas e integrales.
Acción: Talleres o Asambleas con grupos de trabajo. Producto: un
auto-diagnóstico, con prioridades y alianzas para poder pasar a la fase de
actuaciones (2019:33).
Sexto salto: Planificación de urgencia y a medio
plazo. El objetivo es dar el salto a la Planificación desde abajo,
desde la gente, desde su diversidad. Hay que considerar los proyectos o
propuesta de urgencia, las de corto y mediano plazo, sin crear falsas
expectativas, es decir, desde la reflexión plantear acciones viables,
responsables.
Tabla de Planificación
Fuente: Caballero et al, 2019:42
Enfoque: Estilos
“transductivos” como verificación empírica. Acción: Grupos de trabajo mixtos,
que elaboran sus propuestas y las van poniendo en marcha. Producto: Un Plan de
acción integral y sustentable (2019: 37).
Séptimo salto: La capacidad auto-organizativa de la gente. Es vital la construcción de estructuras auto-organizativas, esta es la garantía
para conseguir los resultados esperados. Además, no hay que partir solo de la
autogestión, sino combinar la estrategia de la cogestión con las
administraciones, pero siempre de abajo hacia arriba.
Enfoque: Construcción de
experiencias de democracias participativas. Acción: Articulación de grupos de trabajo, que
ponen en marcha de forma coordinada sus propios proyectos. Productos: ejecución
a corto plazo de algunas propuestas, e inicio de otras a medio
plazo (2019: 35).
Salto octavo: Los enfoques
transductivos y los desbordes necesarios. Desde la
perspectiva académica los proyectos finalizan, pero para los colectivos, para
la gente no. Por eso es muy importante el proceso de evaluación y monitoreo.
Enfoque: Estilos transductivos
que se dejan desbordar. Acción: Monitoreo con dispositivos de corrección y mejora
de procesos. Producto: Resultados visibles a corto plazo, que dan confianza
para los programas a medio plazo (2019: 36).
Trabajar con
los colectivos, incluirlos en los procesos de investigación es una tarea
compleja, que requiere mucha pericia y sensibilidad por parte de las/los
investigadoras/es, lo cual los obliga a salir de su pedestal, de su rincón en
soledad y confrontarse con los sujetos-objeto, para establecer relaciones de
intercambio de conocimiento, de apego y de respeto por lo que son, por lo que
saben y, fundamentalmente, por su potencia para transformar la realidad, que sería
el objetivo final del conocimiento.
BIBLIOGRAFÍA
Caballero,
F., Martín, P. y Villasante, T. 2019, Debatiendo las metodologías
participativas: Un proceso en ocho saltos. EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias
Sociales. N.o 44 septiembre-diciembre,
pp. 21-45.
Villasante,
T. 1994, “De los movimientos sociales a las metodologías participativas”, en J.
M. Delgado y J. Gutiérrez (coord.), Métodos y técnicas cualitativas de investigación
en ciencias sociales, Madrid, Ed. Síntesis, pp. 399-424.