El artículo de Sara Calvo en el diario Público titulado “El reguetón es el nuevo rock and roll” nos ha puesto a reflexionar. Nos pone en la pista de que ambos nacieron como música altamente sexualizada, asociada al machismo y la despolitización individualista, pero el rock ha ido incorporando elementos menos machistas y más colectivos y transformadores; algo que, según la autora, está sucediendo también con el reguetón. Han ido apareciendo grupos de mujeres y también de hombres que dejan de lado el machismo, denunciando incluso problemas sociales al ritmo de la misma música reguetonera.
Aún así, cabe preguntarse: ¿han contribuido el rock y el reguetón, en su conjunto, a la difusión de ideas alternativas a la exclusión y el individualismo consumista? Posiblemente la respuesta sea “no” cuando pensamos en su totalidad. Pero saber que ambos géneros tienen procesos en común nos ayuda a empezar a ser más tolerantes con las expresiones musicales. Aunque se pueda denunciar los contenidos interpretados por determinados solistas y grupos, así como aquellos privilegiados por la industria musical.
Hace falta una reflexión sobre el trabajo, los derechos humanos, el planeta. Mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hay una sociología necesaria. Un lugar de encuentro acerca de métodos de investigación, herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinar. Una ventana para reflexionar realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en tratamiento de información.
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