Posee dos lógicas: la vertical y la horizontal. Por un lado, la primera muestra el objetivo general del proyecto, los objetivos específicos, los resultados esperados y las actividades ligadas a dichos resultados. Por otro lado, la lógica horizontal indica que tanto los diversos objetivos como los resultados deben estar ligados a indicadores objetivamente verificables, con sus respectivas fuentes de prueba. Mientras, las actividades deben indicar los recursos y costes de la intervención. Además, todo proyecto debe partir de una hipótesis de viabilidad de la cual partir para garantizar su eficiencia, eficacia y sostenibilidad. Esto supone indicar las condiciones previas existentes (económicas, sociales, políticas, de seguridad, etc.) para alcanzar el objetivo de la intervención.
Los resultados, llamados también productos o metas, son los medios necesarios para alcanzar el objetivo específico. Son los bienes o servicios que el proyecto entrega a la comunidad. Estos emergieron del Árbol de Objetivos, construidos de manera colectiva con los beneficiarios o la comunidad.
Las actividades se refieren el conjunto de lo “que hacemos”, es el cómo vamos a materializar esa serie de resultados esperados –objetivos-. Cada objetivo específico tiene una serie de resultados que a su vez están ligados a una serie de actividades.
Los costes son el resultado del presupuesto elaborado, el cual contempla una serie de recursos materiales, humanos y de tiempo.
Además de permitir diseñar un buen proyecto de intervención, la Matriz de Planificación posibilita, por un lado, contar con una serie de indicadores verificables, que facilitan llevar a cabo de manera sistemática la fase de Ejecución y Seguimiento del proyecto, a través de una evaluación simultánea del mismo. La atención se orienta a la supervisión del desempeño de actividades, recursos y costes, así como a la interrelación entre los objetivos específicos de la intervención.
Y, por otro lado, la MPP brinda también herramientas para la realización de la fase de Evaluación final o posterior del proyecto. El EML ha venido incorporando un conjunto de componentes - pertinencia, eficiencia, eficacia, impacto y sostenibilidad - como elementos básicos de atención en las prácticas evaluativas.
Los resultados, llamados también productos o metas, son los medios necesarios para alcanzar el objetivo específico. Son los bienes o servicios que el proyecto entrega a la comunidad. Estos emergieron del Árbol de Objetivos, construidos de manera colectiva con los beneficiarios o la comunidad.
Las actividades se refieren el conjunto de lo “que hacemos”, es el cómo vamos a materializar esa serie de resultados esperados –objetivos-. Cada objetivo específico tiene una serie de resultados que a su vez están ligados a una serie de actividades.
Los costes son el resultado del presupuesto elaborado, el cual contempla una serie de recursos materiales, humanos y de tiempo.
Además de permitir diseñar un buen proyecto de intervención, la Matriz de Planificación posibilita, por un lado, contar con una serie de indicadores verificables, que facilitan llevar a cabo de manera sistemática la fase de Ejecución y Seguimiento del proyecto, a través de una evaluación simultánea del mismo. La atención se orienta a la supervisión del desempeño de actividades, recursos y costes, así como a la interrelación entre los objetivos específicos de la intervención.
Y, por otro lado, la MPP brinda también herramientas para la realización de la fase de Evaluación final o posterior del proyecto. El EML ha venido incorporando un conjunto de componentes - pertinencia, eficiencia, eficacia, impacto y sostenibilidad - como elementos básicos de atención en las prácticas evaluativas.
Excelente explicación, clara y concreta, los felicito porque logran transmitirlo con fluidez
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