En una entrada anterior, definíamos determinismo tecnológico
como la idea que relaciona los avances tecnológicos con el aumento del
desarrollo.
Pero cabe explicar a qué nos referimos cuando hablamos de
determinismo. Para ello, aprovechamos para explicar también los fenómenos
aleatorios.
Fenómenos aleatorios son aquellos que, al desarrollarse o
ejecutarse en las mismas condiciones, no podemos predecir a priori su resultado
(Santos et al. , 2003, p. 21). Por ejemplo, cuando elegimos una
carta entre una baraja de naipes, no siempre tendremos la misma.
Mientras tanto, los fenómenos determinísticos se producen
cuando el resultado de ese experimento o ejecución es siempre el mismo. Por
ejemplo, cuando mezclamos agua con aceite hirviendo obtenemos un efecto
expansivo que llamamos “salto”.
Los resultados determinísticos se pueden predecir,
mientras que los resultados de los fenómenos aleatorios no.
A partir del concepto de fenómeno determinístico surge el de
determinismo, entendido como la tendencia a establecer pautas y reglas de
comportamiento de fenómenos que, en realidad, pueden ser más complejos. Se
puede definir también como la tendencia a considerar que toda consecuencia
responde a una causa o a una cadena de causas.
REFERENCIAS
Santos, J., Muñoz, A., Juez, P., Cortiñas, P., 2003, Diseño
de encuestas para estudios de mercado. Técnicas de muestreo y análisis
multivariante. Madrid: Ed. Centro de Estudios Ramón Areces.
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