La empresa-red emerge como propuesta organizativa desde la década del setenta como respuesta a la los procesos de internacionalización, financiarización y liberalización de las economías a nivel global (Lafuente Hernández, et. al., 2016). Basada en el modelo toyotista, la empresa-red se apoya en los principios del justo a tiempo y producción ligera (lean production y just-in-time). Propone organizaciones flexibles, con estructuras ligeras orientadas a alcanzar cero inventarios y ajustarse a las necesidades del mercado. En pos de la flexibilidad organizativa las empresas adelantan estrategias de descentralización productiva que llevan a externalizar buena parte de los procesos o servicios tradicionalmente realizados por el personal directo de las empresas. La estrategia de centrarse en el supuesto “corazón del negocio”, lleva a vaciar o adelgazar sus estructuras de tal manera que buena parte de los procesos o servicios son deslocalizados, descentralizados o subcontratados.
Esto lleva a cambios cuantitativos y cualitativos en las organizaciones. Se pasa del modelo fordista, caracterizado por integrar en una unidad jurídica buena parte de los procesos y servicios, a un modelo de empresa-red. Como señalan Gereffi y Korzeniewicz (1994) este modelo va más allá de las fronteras tradicionales de las empresas, en dos direcciones. Por una parte, se expande a través de cadenas globales de valor, mediante la externalización y deslocalización de procesos y actividades, los cuales son coordinados en red. Por otra, el fenómeno de la externalización o subcontratación no supone necesariamente la desintegración espacial, sino la concentración de diversas empresas en un mismo territorio, lo cual supone una proximidad espacial entre entidades jurídicamente diferentes. Esto lleva a coincidir territorialmente a trabajadores que pueden realizar las mismas o diferentes labores, pero bajo condiciones de trabajo muy diversas, aunque en algunas ocasiones estén –de hecho- bajo una misma relación de subordinación.
Este mismo modelo se enmarca en el concepto de organización sistémica (López y Seco, 2012 y Weiss, et. al. 2010), definida como una configuración socio-técnica, cuyos principales componentes son: por un lado, la organización en red, que supone procesos de informatización, sistematización interna y entrelazamiento permanente entre redes de clientes y proveedores, con diversos grados de interconexión, en ambientes altamente competitivos. Por otro, la flexibilidad organizativa tanto interna como externa.
Esto plantea, primero, una diversidad de condiciones de trabajo en términos de salarios, de prestaciones sociales, de seguridad en el trabajo, de estabilidad laboral y de representación de los trabajadores. Segundo, dificulta la identificación de los centros de poder y las relaciones de subordinación existentes.
BIBLIOGRAFÍA
Gereffi, G. y Korzeniewicz, M. (1994). Commodity chains and global capitalism. Westport: CT Greenwood Pub.
Lafuente Hernández, Sara, Jamar, David y Martínez, Esteban, 2016. Respuestas sindicales ante el desafío de la empresa-red: sector petroquímico y nuclear. Cuadernos de Relaciones Laborales, 34(1) 2016: 151-171.
López, Carmen Marina y Seco, Enrique, 2012. Desarrollo de una organización sistémica en la banca colombiana, 1990-2009, Revista Venezolana de Gerencia, vol.17 Nº 59, 436-465.
Weiss, Anita, Seco, Enrique y Ríos, Julia (2010).Cambio empresarial y tecnologías de la información en Colombia. Nuevas formas de organización y trabajo, Colombia, Universidad Nacional.
Hace falta una reflexión sobre el trabajo, los derechos humanos, el planeta. Mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hay una sociología necesaria. Un lugar de encuentro acerca de métodos de investigación, herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinar. Una ventana para reflexionar realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en tratamiento de información.
domingo, 28 de agosto de 2016
domingo, 21 de agosto de 2016
ALGUNOS LÍMITES DE LA ENCUESTA COMO TÉCNICA DE INVESTIGACIÓN
Las técnicas cuantitativas han tratado, desde su nacimiento, de cuantificar hechos sociales como el suicidio, el voto, el consumo, etc. En ese sentido, se han enfrentado a dos dificultades:
Las desviaciones opináticas, en las que el estereotipo de lo habitual y de lo prestigioso suele interferir en el recuerdo y conciencia de lo que los entrevistados dicen hacer o haber hecho, y
Los malentendidos semánticos, que se dan como consecuencia de la inevitable polisemia de las palabras (la existencia de varios significados para un mismo significante). Dicha polisemia provoca que éstas sean entendidas de manera diferente en los distintos medios sociales consultados.
Tanto las desviaciones opináticas como los malentendidos semánticos pueden ser, en parte, solucionados con una mejora en la definición de las preguntas, pero denotan la necesidad de una apertura cualitativa complementaria: realizar grupos de discusión o entrevistas semiestructuradas permite enfrentar estos problemas con mayores garantías (Ortí, 1989, pp. 196-197).
Pero dichas dificultades se acentúan aún más cuando las encuestas se lanzan a la tarea de analizar los discursos sociales a través de los estudios de opinión. Como señaló Jesús Ibáñez (1979), los estudios de opinión manejan enunciados arrancados de su contexto lingüístico. A lo que Ortí añade que tienen un sesgo conservador, pues sobrevaloran la adhesión de las masas a los valores dominantes de un sistema establecido.
REFERENCIAS
Ibáñez, J. (1979) Más allá de la sociología. El grupo de discusión: técnica y crítica. Madrid: Siglo XXI.
Ortí, A. (1989) “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión en grupo”. En: García Ferrando, Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.
Las desviaciones opináticas, en las que el estereotipo de lo habitual y de lo prestigioso suele interferir en el recuerdo y conciencia de lo que los entrevistados dicen hacer o haber hecho, y
Los malentendidos semánticos, que se dan como consecuencia de la inevitable polisemia de las palabras (la existencia de varios significados para un mismo significante). Dicha polisemia provoca que éstas sean entendidas de manera diferente en los distintos medios sociales consultados.
Tanto las desviaciones opináticas como los malentendidos semánticos pueden ser, en parte, solucionados con una mejora en la definición de las preguntas, pero denotan la necesidad de una apertura cualitativa complementaria: realizar grupos de discusión o entrevistas semiestructuradas permite enfrentar estos problemas con mayores garantías (Ortí, 1989, pp. 196-197).
Pero dichas dificultades se acentúan aún más cuando las encuestas se lanzan a la tarea de analizar los discursos sociales a través de los estudios de opinión. Como señaló Jesús Ibáñez (1979), los estudios de opinión manejan enunciados arrancados de su contexto lingüístico. A lo que Ortí añade que tienen un sesgo conservador, pues sobrevaloran la adhesión de las masas a los valores dominantes de un sistema establecido.
REFERENCIAS
Ibáñez, J. (1979) Más allá de la sociología. El grupo de discusión: técnica y crítica. Madrid: Siglo XXI.
Ortí, A. (1989) “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión en grupo”. En: García Ferrando, Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.
domingo, 14 de agosto de 2016
TRES DIMENSIONES DE ANÁLISIS EN LOS GRUPOS DE DISCUSIÓN
El sociólogo Alfonso Ortí estableció tres niveles en las manifestaciones verbales que se dan en un grupo de discusión:
a) El nivel de las opiniones, que son juicios conscientes explícitos, verbalizaciones socialmente codificadas y, por ende, formalizables y cuantificables.
b) El nivel de las actitudes, definidas como pautas más o menos estables de conducta reflejadas por los comportamientos y opiniones. Este nivel capta la función expresiva de lenguaje y permite realizar tipologías, que son elaboraciones teórico-empíricas que dan cuenta de las actitudes, y
c) Los discursos ideológicos, entendidos como los modelos subyacentes que estructuran y dan sentido a los niveles anteriores. La interpretación del discurso no se reduce a aplicar una teoría general del lenguaje, ni una teoría “profunda” de la personalidad; sino más bien, debe desentrañar la situación y el proceso histórico en el que emergen los discursos. Es decir, se busca relacionar lo que el sujeto dice con su articulación en las prácticas sociales efectivas en el marco de los objetivos de la investigación (Ortí, 1989, p. 202).
Conocer en cuáles de esos tres niveles se encuentran los textos (o los fragmentos) analizados nos permite relativizar el valor de lo expresado por el lenguaje e insertarlo en su contexto social e histórico.
REFERENCIAS
Ortí, A. (1989) “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión en grupo”. En: García Ferrando, Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.
a) El nivel de las opiniones, que son juicios conscientes explícitos, verbalizaciones socialmente codificadas y, por ende, formalizables y cuantificables.
b) El nivel de las actitudes, definidas como pautas más o menos estables de conducta reflejadas por los comportamientos y opiniones. Este nivel capta la función expresiva de lenguaje y permite realizar tipologías, que son elaboraciones teórico-empíricas que dan cuenta de las actitudes, y
c) Los discursos ideológicos, entendidos como los modelos subyacentes que estructuran y dan sentido a los niveles anteriores. La interpretación del discurso no se reduce a aplicar una teoría general del lenguaje, ni una teoría “profunda” de la personalidad; sino más bien, debe desentrañar la situación y el proceso histórico en el que emergen los discursos. Es decir, se busca relacionar lo que el sujeto dice con su articulación en las prácticas sociales efectivas en el marco de los objetivos de la investigación (Ortí, 1989, p. 202).
Conocer en cuáles de esos tres niveles se encuentran los textos (o los fragmentos) analizados nos permite relativizar el valor de lo expresado por el lenguaje e insertarlo en su contexto social e histórico.
REFERENCIAS
Ortí, A. (1989) “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión en grupo”. En: García Ferrando, Ibáñez y Alvira, El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Editorial.
domingo, 7 de agosto de 2016
“MOBBING”, UNA BUENA PELÍCULA SOBRE ACOSO LABORAL
Aunque cada vez contamos con un mayor número de estudios sobre acoso laboral, hay que reconocer que la incidencia del cine en la metacultura es importantísima. Hace algún tiempo nos recomendaron la película “Mobbing”, dirigida en 2005 por Sonia Sánchez e interpretada por Cristina Marcos, Joseba Apaolaza, Carmen Balagué y Marina Gatell, entre otros.
La historia ejemplifica un caso de acoso laboral en contextos de corrupción en el sector privado y nos sorprendió gratamente porque tiene un tratamiento del problema desde un punto de vista muy estructural. Además, aunque no cuenta con una realización ni interpretación excelentes, la trama resulta creíble y parece, incluso, bien documentada respecto a aspectos como la soledad de la víctima, la ausencia de mecanismos de control dentro de las empresas, la impunidad que gira alrededor de las relaciones de poder dentro de la empresa, las relaciones entre corrupción empresarial y acoso o el papel de las familias de las víctimas.
Si conocéis otras películas sobre la temática, os invitamos a recomendarlas haciendo un comentario en esta misma entrada.
La historia ejemplifica un caso de acoso laboral en contextos de corrupción en el sector privado y nos sorprendió gratamente porque tiene un tratamiento del problema desde un punto de vista muy estructural. Además, aunque no cuenta con una realización ni interpretación excelentes, la trama resulta creíble y parece, incluso, bien documentada respecto a aspectos como la soledad de la víctima, la ausencia de mecanismos de control dentro de las empresas, la impunidad que gira alrededor de las relaciones de poder dentro de la empresa, las relaciones entre corrupción empresarial y acoso o el papel de las familias de las víctimas.
Nos parece un material muy bueno para hacer sensibilización sobre la problemática del acoso. También para utilizar en una clase o, incluso, para ser vista por expertos en la materia. Si tenéis dificultades para encontrarla, no dudéis en poner un comentario aquí.
Si conocéis otras películas sobre la temática, os invitamos a recomendarlas haciendo un comentario en esta misma entrada.
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